¿SEGUIR EL CICLO NORMAL O CORTARLA?
La menstruación de las astronautas: por qué es un inconveniente y qué hacer para evitarla en el espacio
Evitar el periodo en largos vuelos espaciales o continuar con su ciclo natural, esa es una de las decisiones que deben tomar las mujeres astronautas. Porque la menstruación en el espacio se convierte en un problema.
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Sally Ride fue la primera mujer estadounidense que viajó al espacio, hace ya 33 años, en una misión que duró una semana. Recordando los preparativos del viaje cuenta que los ingenieros de la NASA habían preparado hasta un kit de maquillaje para mujeres astronautas, como si no hubiera algo más importante en lo que pensar... como, por ejemplo, la regla.
Estos ingenieros hombres, allá por 1983, no debían saber muy bien cómo funcionaba un tampón o el propio cuerpo femenino, ya que le preguntaron si con un centenar era suficiente para “estar seguros”. “Con la mitad será suficiente”, contestó Ride entre risas.
En los años sesenta se llegó a publicar que el ciclo menstrual podría “alterar el rendimiento” durante el vuelo espacial. Se hizo en un estudio psicológico, con un fuerte tufillo sexista, que afirmaba que eran muchas “las contraindicaciones de unir la temperamental psicofisiología humana con la compleja máquina espacial” (sic).
La preocupación médica real por esa época era si la falta de gravedad podría causar que la sangre fluyera contracorriente, hacia el interior. La sangre menstrual podría acabar en el abdomen, lo que se cree que es una causa muy probable de la dolorosa endometriosis. A día de hoy no hay evidencias de esto, tal y como se recoge en el libro 'Space Physiology'.
Las posibles opciones en el espacio
Un nuevo estudio publicado en 'Microgravity' examina las opciones que hay para parar el período en el espacio, no ya porque sea peligroso, sino por la molestia para la mujer. Hay que tener en cuenta que la NASA tiene un plan de reciclaje de residuos para el orín de los astronautas, pero no del orín mezclado con sangre menstrual, tal y como cuenta 'The Atlantic', lo que provocaría que se tuvieran que acumular y eliminar como el resto de residuos.
Así, suprimir el período con anticonceptivos es sencillo, ya que solamente tendrían que saltarse la pastilla placebo que se incluyen en los blísters para tener un “ciclo natural”.
Uno de los autores del estudio afirma que para periodos largos de entrenamiento o viajes muy largos quizá sería mejor idea el uso de anticonceptivos reversibles, dispositivos intrauterinos o implantes para suprimir la menstruación.
De esta forma, en un hipotético viaje a Marte de tres años, al ser métodos que no necesitan seguimiento se evitarían tener que llevar más de un millar de pastillas. También facilitaría la vida en vuelos de entrenamiento, en los que se pasa por un montón de zonas horarias y recordar tomar una píldora puede ser engorroso.
El problema de los otros métodos es que requieren más planificación y ser implantados, en la mayoría de los casos, con dos años de antelación. Pero, obviamente, siempre se puede optar con continuar con el ciclo natural.
Lo que está claro es que se necesita más investigación y más atención por parte de la NASA de las necesidades corporales de sus astronautas mujeres.
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