REVELACIONES DE UNA ENIGMÁTICA CONSTELACIÓN
Nada mejor que un pato salvaje para comprender la evolución estelar
Las estrellas del cúmulo del pato salvaje ayudar a mejorar el conocimiento de las diferentes etapas de la evolución estelar, ya que son estrellas hermanas pero cada una se encuentra en un estadio diferente. Pero este cúmulo se irá diluyendo con el tiempo y las estrellas que conforman el pato salvaje echarán a volar.
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Cuando Gottfried Kirch observó en el año 1681 una zona en la constelación de Scutum, observó una mancha borrosa. Había descubierto algo. Años más tarde, en 1733, William Derhan resolvió ópticamente esa mancha distinguiendo sus estrellas individuales. Más adelante, en 1764, Charles Messier lo añadió a su famoso catálogo. Hoy lo conocemos como el cúmulo abierto Messier 11. Técnicamente es conocido como el objeto 6706 del New General Catalogue (NGC 6706), aunque popularmente es conocido como el cúmulo del pato salvaje.
Los cúmulos abiertos como Messier 11 suelen estar en los brazos de las galaxias espirales, y también en las regiones más densas de galaxias irregulares donde todavía se están formando estrellas. En el caso del pato salvaje, alberga unas 3.000 estrellas en un tamaño de unos 20 años luz, tratándose pues de uno de los cúmulos abiertos conocidos más compactos y ricos en estrellas. Y ese es, precisamente, su interés a la hora de entender la evolución estelar.
No debemos confundir estos cúmulos abiertos con los globulares, ya que estos últimos pueden llegar a tener, en algunos casos, cientos de miles de estrellas, su densidad estelar es más alta y la edad de las estrellas que contienen pueden llegar a tener más de 10.000 millones de años.
Lo que nos ofrecen los cúmulos abiertos es un entorno muy propicio para examinar y poner a prueba las teorías existentes sobre evolución estelar, ya que las estrellas que lo componen se forman a partir de la misma nube de gas y polvo siendo todas ellas parecidas tanto en edad como en composición química. Pero cada una de ellas tiene una masa distinta, lo que implica que cada una se encuentra en un punto distinto de su vida en cuanto a evolución estelar, o lo que es lo mismo, en un punto distinto del diagrama de Hertzsprung Russell que nos indica cuánto ha vivido y cuánto le queda por vivir.
De este modo las estrellas más masivas del pato salvaje son las más evolucionadas aunque hayan nacido al mismo tiempo. Esto es porque han quemado más rápido el hidrógeno que sus compañeras. Dicho de otra forma, este cúmulo es lo más parecido a tener condiciones de laboratorio para analizar estrellas.
El problema de estos cúmulos es que no duran demasiado tiempo con respecto a la vida de una galaxia, ya que las estrellas situadas en los bordes son susceptibles de ser expulsadas debido al efecto gravitatorio de objetos vecinos. En unos pocos millones de años, Messier 11 se dispersará, se romperá y terminará por fusionarse con los objetos de su alrededor. Pero para entonces seguramente ya habremos entendido mejor cómo funcionan las cosas allá fuera.
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