¡ARRIBA, DORMILONES!
La NASA enciende un conjunto de propulsores de la Voyager-1 tras 37 años inactivos
Los dispositivos, encargados de ajustar su orientación, permitirán alargar la vida de la nave hasta tres años más.
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La nave Voyager 1, que lleva lejos de la Tierra 40 años, es actualmente el único artefacto fabricado por el hombre en el espacio interestelar. La sonda visitó por última vez un planeta en 1980, cuando se acercó a Saturno después de haber saludado a Júpiter y algunas de sus lunas. También fue entonces cuando los ingenieros de la NASA utilizaron por última vez sus propulsores para maniobras de corrección de trayectoria (TCM por sus siglas inglesas) para orientar la nave.
Tras un largo sueño de 37 años, la agencia espacial ha vuelto a ponerlos en marcha para alargar la vida de la nave otros dos o tres años, según ha informado recientemente. Durante estas casi tres décadas la sonda ha utilizado para ajustar su posición otro grupo de pequeños propulsores con la misma función (los de control de altitud). Pero sus responsables se percataron en el 2014 de que se estaban degradando.
Estos dispositivos se encienden por pulsos intermitentes de unos pocos milisegundos para orientar la nave, de forma que consiguen que los instrumentos científicos apunten al lugar adecuado para recoger datos y la nave pueda comunicarse con la Tierra. El problema es que, con el tiempo, cada vez necesitan encenderse más veces para producir la misma cantidad de energía.
Tras estudiar el caso junto con diferentes expertos y considerar varias posibilidades, el equipo de la Voyager encontró una solución: poner en marcha los propulsores TCM. Para ello, examinaron los desfasados programas que los controlan y recopilaron información para asegurarse de que podrían despertarlos de manera segura.
Tras un largo periodo de pruebas, los ingenieros han logrado encender los cuatro propulsores TCM y utilizarlos para orientar la nave a base de pulsos de 10 milisegundos. Sin embargo, tuvieron que esperar 19 horas y media para saber que lo habían logrado con éxito: ese es el tiempo necesario para que la información viaje por el espacio desde el lugar donde está la nave hasta la Tierra.
El siguiente paso consistirá en hacer el cambio definitivo a los propulsores TCM el próximo mes de enero. Además, en vista de los frutos cosechados, intentarán la misma maniobra con la Voyager 2, cuyos propulsores de control de altitud no están aún tan degradados como los de su compañera.
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