ASÍ ES EL CAMBIO DE ESTACIÓN SOBRE NUESTRAS CABEZAS
Preparados para el otoño astronómico
El otoño civil empieza el 23 de septiembre, pero el astronómico cambia cada año. Esta vez empezará a las 22:44 del 22 de septiembre.
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Pensar en el otoño es pensar en un manto de hojas caídas en el suelo. Según los calendarios el otoño empieza en el hemisferio norte el 23 de septiembre, pero no siempre comienza en esa fecha. No depende de cuándo caiga la primera hoja, ni de cuándo bajen las temperaturas típicas veraniegas. Depende, como en muchas cosas, del Sol.
El Sol, en su recorrido visto desde nuestro planeta, llamado eclíptica, pasa por cuatro puntos significativos: solsticio de invierno, equinoccio de primavera, solsticio de verano y equinoccio de otoño. Mientras que el otoño civil comienza el 23 de septiembre, el otoño astronómico lo hace cuando el Sol pasa por el equinoccio de otoño, también conocido como "primer punto de Libra".
Este año el Sol pasará por ese punto a las 22:44 del 22 de septiembre (hora peninsular española), y en ese momento será cuando empiece el otoño.
¿Qué tienen de especial los puntos equinociales? Para saberlo, tenemos que definir el término 'plano ecuatorial': es el plano hipotético que, pasando por la línea ecuatorial, divide a la Tierra en dos partes iguales. La eclíptica atravesaría ese plano en dos momentos del año sobre la línea este-oeste: los equinoccios. Esa palabra procede del latín 'aequi-noctium', noche igual, que hace referencia a cuando el período diurno y nocturno tienen la misma duración: 12 horas cada uno.
La Tierra no sólo tiene movimientos de rotación (sobre sí misma) y traslación (alrededor del Sol), sino que también cuenta con movimientos de precesión (desplazamiento del eje de la Tierra), nutación (oscilación del eje de la Tierra) y movimiento de Chandler (movimiento cuasi circular de los polos), por lo que el Sol no atraviesa el plano equinoccial en la misma fecha, sino que sufre variaciones de un año a otro.
Aplicaciones y costumbres
Los equinoccios y solsticios han marcado una amplia tradición en las fiestas paganas. Normalmente estas celebraciones se han festejado con hogueras, celebración que se ha mantenido hasta nuestros días, aunque las fiestas han sido cristianizadas por la iglesia para camuflar el paganismo. Tenemos por ejemplo las Fallas de Valencia (equinoccio de primavera), las hogueras de San Juan (solsticio de verano), las hogueras del Cristo (equinoccio de otoño) y la Navidad (solsticio de invierno), aunque aquí la tradición de las hogueras practácticamente ha desaparecido.
Como curiosidad, la salida del Sol en los equinoccios marca el Este geográfico exacto, mientras que su puesta marca el Oeste. A partir del equinoccio de otoño, las salidas y puestas se acercan al Sur acortando el periodo diurno hasta llegar al solsticio de invierno, donde empezarán a crecer los días.
Al llegar al equinoccio de primavera, se igualarán nuevamente los periodos diurnos y nocturnos; a partir de ahí los días seguirán creciendo y las salidas y puestas se acercarán al Norte hasta llegar al solsticio de verano, el día más largo del año. En adelante los días decrecerán hasta llegar al equinoccio de otoño y comenzará un nuevo ciclo.
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