FORMAS CURIOSAS EN EL SISTEMA SOLAR
Seis curiosos dibujos que esconden nuestros planetas vecinos (y su explicación)
Una sombra, una perspectiva o, simplemente, un proceso natural unidos a un poco de imaginación pueden revelarnos formas que resultan familiares en lugares situados más allá de nuestro planeta.
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Muchos de nosotros tenemos una imagen en nuestra cabeza de la Estrella de la Muerte: una esfera con una hendidura parabólica situada entre el ecuador y uno de los polos. La visualizáis, ¿no? Curiosamente, en nuestro sistema solar también tenemos nuestra propia Estrella de la Muerte: se llama Tetis, es un satélite de Saturno y tiene el aspecto del arma del Imperio Galáctico gracias al cráter Odysseus, de 445 kilómetros de diámetro, uno de los más grandes del sistema solar.
Sin salir del sistema de Saturno podemos encontrar otra formación curiosa conocida como “el hexágono", por motivos obvios. Se trata de una formación nubosa donde cada uno de los lados del polígono mide unos 14.000 kilómetros, y aunque todavía no se sabe a ciencia cierta cómo se produce, todo apunta a que esta formación se debe a las grandes diferencias de velocidad en los vientos que circulan por las capas más altas del planeta gaseoso.
Desde que la sonda New Horizons sobrevoló Plutón nos hemos dado cuenta de que el dios romano del inframundo posee el corazón más grande del sistema solar: nada menos que 1.900 kilómetros de ancho. Un corazón que parece ser un gigantesco glaciar de nitrógeno altamente volátil, según apunta un estudio publicado en la revista 'Nature'.
Yendo a rincones más cercanos, nuestro vecino Marte siempre ha sido un planeta donde se han avistado formaciones curiosas, como por ejemplo los 'canali' que apreció Giovanni Schiaparelli en 1877 y que relacionó –erróneamente– con civilizaciones extraterrestres. Más recientemente, en 1976, la Viking 1 fotografió una curiosa cara en su superficie que hizo que las especulaciones dispararan el sensacionalismo alienígena.
Hoy sabemos que no es más que una meseta situada en la región Cydonia, ya que la sonda Mars Global Surveyor nos la mostró tal y como es. La ilusión de la cara se debió a un curioso juego de luces y sombras.
Sin salir de Marte también podemos encontrar elementos de la vida cotidiana, como una cuchara... con la particularidad de que está flotando en el aire. La imagen la tomó el 'rover' Curiosity el 30 de agosto de 2015, y obviamente no se trata de ninguna cuchara sino de una formación de roca esculpida por los vientos marcianos a lo largo del tiempo.
Y ya para terminar, ¿alguna vez habéis visto el conejo de la Luna? No hace falta que miréis a través de un telescopio, ya que es algo que se puede apreciar a simple vista. Los grandes mares lunares parecen adoptar una situación en la que se puede intuir la forma de un conejo que desde el hemisferio norte está boca abajo, pero que es fácil de ver porque ocupa casi toda la superficie de la cara visible de nuestro satélite.
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