RANKING ESTELAR EN EL CIELO
Siete curiosidades sobre las estrellas
Las estrellas que más brillan no son necesariamente las más cercanas, ni las más grandes. De hecho, las más grandes no son las de mayor masa. Por liarte un poco más: las constelaciones no existen en realidad como grupos cercanos, son sólo visualizaciones únicas que existen desde nuestra perspectiva, pero no desde otros puntos de la galaxia.
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Vives en un planeta que, junto a otros, gira alrededor de una estrella. Ese es nuestro sistema solar. A su alrededor, muchísimas estrellas, el 90% de las que conocemos, a una distancia de no más de 200 años luz, que no es poco. Eso es apenas una fracción de la Vía Láctea, es decir, la galaxia en la que vivimos y donde, según estimamos, hay hasta 400.000 millones de estrellas.
Fuera de esa galaxia conocemos otras galaxias 'vecinas', unas cuarenta en total, conocidas juntas como Grupo Local. Todo ese grupo tiende a acercarse a gran velocidad al cúmulo de Virgo, con el que se supone que colisionaríamos de aquí muchísimo tiempo para devastar totalmente la galaxia. Ese supercúmulo es apenas uno de los que hay 'cerca', y todo ese nuevo conjunto, una pequeña parte del universo observable.
¿Te has liado? Esta ilustración te ayudará a entender lo insnignificantes que somos
Ahora que has tomado conciencia, algunas observaciones sobre lo que ves por la noche en el cielo: las estrellas que nos rodean
Estrellas visibles y estrellas invisibles
Sobre las estrellas hay unas cuantas curiosidades que no tenemos en cuenta. Por ejemplo, que según dónde vivamos veremos unas u otras (o no veremos ninguna). Las dos primeras posibilidades afectan a no pocas constelaciones, ya que lo que se ve en el Hemisferio Norte no es visible en todo el Hemisferio Sur y viceversa, además de influir también la época del año (no se ve lo mismo en invierno que en verano). Lo tercero, lo de no ver estrella alguna, dependerá de si vives en una ciudad con gran contaminación lumínica o no.
Pero, aunque no las veas, ellas están ahí. De hecho, están de día y de noche, pero sólo las vemos de noche, cuando el sol, nuestra estrella más cercana, no nos apunta directamente y 'ciega' nuestro campo de visión.
Viejas conocidas durante civilizaciones
Las estrellas, para nosotros, no están solas en el cielo. Desde la antigüedad las hemos imaginado como puntos para trazar dibujos imaginarios que, según las creencias de cada momento, se han asociado a diversos personajes paganos, deidades o figuras mitológicas a las que se les atribuían unas u otras capacidades.
Sirio, por ejemplo, es la más brillante de todas las que hay en el firmamento, motivo por el cual los humanos la conocemos desde hace siglos, y por eso ha estado presente en nuestra cultura ancestral. Egipcios, mayas, sumerios, helenos, hindúes, e incluso tribus oceánicas han reflejado a esta misma estrella con diversos nombres y señales, pero siempre apuntando a un mismo punto en el cielo: una estrella blanca azulada a ocho años y medio de distancia viajando a la velocidad de la luz.
Crees que están juntas, pero no
Esas constelaciones son irreales: son composiciones arbitrarias que se ven desde la Tierra, pero que no se verían igual desde otro punto de la galaxia.
Para que te hagas una idea, dos de las estrellas que componen la Osa Mayor están a una distancia enorme: una, Groombridge 1618, es una enana naranja situada a menos de 16 años luz de distancia, mientras otra, Sidus Ludoviciana, es una enana blanca que está a casi 400 años luz de aquí. Sin embargo, por su posición desde aquí y el brillo equiparable que percibimos, la imaginamos como en un plano. Y no.
La estrella polar cambiante
Una de las estrellas más conocidas es la llamada 'Estrella Polar'. Es, según la tradición marinera, la estrella visible más próxima al norte geográfico, usada por muchos exploradores para orientarse durante la noche al carecer de la referencia de la salida y puesta del sol.
Sin embargo, la Estrella Polar no es una única estrella
Dependiendo del momento histórico, y debido a la rotación, cada cierto periodos de tiempo cambian de posición. Así, ahora mismo la Estrella Polar es α Ursae Minoris, situada a la cola de la Osa Menor (la distinguirás porque es la que más brilla). Será la Estrella Polar de pleno derecho hasta que termine este siglo, aunque pasarán siete milenios hasta que Sadr y Vega la igualen en brillo y posición ¿Triste? Tranquilo, volverá a ser Estrella Polar cuando pasen 25 milenios más.
Antes que ella (y después de ella), otras estrellas como Thuban o Vega fueron las que desempeñaron la función de apuntar al norte desde el punto de vista de la Tierra, esta última durante la era glacial. Tómalo como que ser Estrella Polar es un cargo rotatorio
Las estrellas más brillantes (que no lo son)
Si miramos al cielo podremos distinguir más o menos cuáles son las estrellas que más brillan. En realidad, es una percepción falsa, ya que el brillo dependerá no sólo de la intensidad de la estrella (lo cual depende, a su vez, de su edad y composición), sino también de a cuánta distancia esté.
Explicado de otra forma: una estrella supergigante que esté a centenares de años luz de distancia puede ser perfectamente más brillante que una estrella enana que esté entre las más cercanas a nuestro planeta.
Así, el ranking de luminosidad, siempre obviando al sol, lo lidera la ya citada Sirio, seguida de Canopus, Arturo y Rigil Kentaurus A ¿Qué tiene de particular esto? Que cada una está en una punta (astronómicamente hablando). A saber, Sirio, la más luminosa, está a 8,6 años luz, mientras que Canopus, la segunda, está a nada menos que 310 años luz de aquí. Arturo, la tercera, está lejos, aunque mucho más cerca, a 37 años luz... pero es que la cuarta, Rigil Kentaurus, está a apenas 4,4 años luz de aquí, siendo una de las más cercanas... pero a la vez mucho menos luminosa para nosotros que otra que está casi cien veces más lejos (lo cual es muchísimo, sobre todo cuando se habla de años luz)
Las estrellas más cercanas
Imagina por un momento que los humanos hubiéramos inventado un sistema de transporte similar a los de La Guerra de las Galaxias que, como el Halcón Milenario, pueden viajar a la velocidad de la luz. En uno de esos vehículos tardaríamos exactamente ocho minutos y 19 segundos en llegar al sol. Claro que eso implicaría morir al instante porque a ver quién es el guapo que aguanta la temperatura y la nada desdeñable radiación
Pero imaginemos que viajar a donde están las estrellas es -primero- posible y -segundo- una buena idea. Además del sol, ¿qué otras estrellas tenemos en el vecindario? Lo primero es que el concepto 'vecindario' es muy amplio en términos astronómicos: la estrella más cercana es Próxima Centauri y está a 4,2 años luz de aquí, esto es, fuera de nuestro sistema solar
Para que te hagas una idea: ¿te acuerdas de las naves Voyager, que llevan 36 años vagando por el espacio y acaban de abandonar nuestro Sistema Solar? Son las naves que hemos fabricado que más lejos han llegado nunca y se estima que dentro de 193.000 años, si nada interfiere su trayectoria y siguen a la deriva, llegarían a una estrella que está a diez años luz.
Así que calcula cuánto de 'cercana' está en realidad Próxima Centauri: si las Voyager hubieran ido en su dirección les quedarían casi 100.000 años para llegar. Casi nada. Sólo hay diez estrellas a menos de diez años luz de aquí.
Las estrellas más grandes
Lo primero no es hablar de tamaño, sino de masa: la masa se refiere a la cantidad de materia que alberga un cuerpo, en este caso una estrella, y la unidad de medida es el sol. Una unidad de masa solar equivale a una masa 333.000 veces mayor que la de la Tierra.
¿Y qué estrellas son las reinas del sumo galáctico? Una sobresale por encima de todas. Su nombre es un poco raro, R136a1, pero seguro que sus datos te dan una idea de su importancia: es 265 veces más masiva que nuestro sol (unos cuantos millones de veces más que la Tierra, por tanto), brilla ocho millones de veces más y, pese a todo lo anterior, es relativamente pequeña: 'sólo' 35 veces más grande que el sol (siendo superada por otras como Rigel, que es 74 veces mayor)
R136a1 es una estrella hipergigante azul ultramasiva (toma ya) que se supone que cuando muera no será en forma de supernova, sino de hipernova, es decir, una supernova que dejará tras de sí un enorme agujero negro y proyectará poderosos chorros de plasma por doquier.
En cualquier caso, tranquilo: esta estrella está en la Nebulosa de la Tarántula, en la Gran Nube de Magallanes, a una distancia estimada de 170.000 años luz. Pese a la enorme cifra, es la tercera galaxia más cercana a la Vía Láctea, y es bastante menos másiva, diez veces menos.
Otra candidata a tener una muerte así es Eta Carinae, algo menos masiva pero hipergigante igual. Eso sí, a 7.500 años luz de aquí, algo que comparado parece poco... pero es una barbaridad.
Y por si te preguntas cuál es la estrella más grande conocida, el premio va para NML Cygni, una hipergigante roja que es 1.650 veces más grande que el sol (que, a su vez, es unas 110 veces mayor que la Tierra). Si quieres verla de cerca tendrás que hacer dos cosas: esperar a que se invente el Halcón Milenario y luego apsarte 5.300 años viajando a la velocidad de la luz.
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