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DILE ADIÓS MIRANDO AL CIELO

El verano se despide con una superluna

Esta noche el satélite terrestre se mostrará un poco más grande y brillante de lo habitual. El fenómeno coincide además con la denominada luna de la cosecha, la última luna llena antes del equinoccio de otoño.

Superluna

Superluna halfrain en flickr cc

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Si esta noche has visto la Luna un poco más brillante de lo habitual no culpes tus ojos. El cielo de la pasada madrugada y el de la próxima pueden presumir de superluna, un fenómeno que se produce cuando la luna llena coincide con el perigeo, es decir, el punto de la órbita del satélite más cercano a la Tierra.

Mientras que la luna apareció llena este jueves por la noche, el cuerpo celeste se encontrará en el perigeo el día 18 sobre las siete de la tarde (hora española), por lo que el espectáculo de esta noche está garantizado.

Pero aún hay otro factor que hace más especial el evento: entre los días 16 y 17, el satélite recibe el nombre de luna de la cosecha al ser la luna llena más cercana al equinoccio de otoño (que será el próximo día 22 de septiembre). El nombre lo eligieron los antiguos pobladores del continente que aprovechaban la luz para recoger la cosecha también por la noche y acelerar así su preparación para el frío.

Y, por si todo esto fuera poco, durante la pasada noche tuvo lugar un eclipse lunar penumbral. Por desgracia, en España solo pudo observarse un leve oscurecimiento del disco lunar entre las seis de la tarde y las once de la noche.

Aunque la luna de la cosecha no tiene por qué ser más grande o brillante de lo habitual, cualquier luna llena cercana al horizonte se ve un poco más anaranjada. El fenómeno se debe a que el espesor de la atmósfera aumenta en esa zona, de forma que deja pasar la luz de color rojo y produce ese efecto visual. La de este año superará además en tamaño y luminosidad a las normales gracias a la coincidencia del perigeo.

Pese a esto, algunos astrónomos no consideran la próxima luna llena una superluna debido a que se encontrará a una distancia un poco mayor (a unos 365 kilómetros) que la mínima estipulada por Richard Nolle para el fenómeno (el 90% de la distancia de la Tierra a la Luna, es decir, 361.524 kilómetros). Sin embargo, sí cumple el límite fijado por el astrofísico Fred Espenak. En cualquier caso, valdrá la pena verlo.

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