DEMOSTRADO CIENTÍFICAMENTE
Sí, aunque tus padres digan que no, tienen un hijo favorito y suele ser este
Este descubrimiento pretende es servir como una herramienta para mejorar las dinámicas familiares.

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¿Tienes hermanos? Si la respuesta es que sí, ¿alguna vez les has preguntado a tus padres si tienen un hijo favorito? Si lo has hecho, seguramente te hayan contestado que no. Sin embargo, puede que te estuviesen engañando. Un reciente estudio ha confirmado que los padres suelen tener un hijo favorito, y, casi siempre, coinciden en el mismo miembro. Te contamos los detalles.
La investigación, llevada a cabo por la Universidad Brigham Young (BYU) y publicada en Psychological Bulletin, analizó datos de más de 19.000 participantes y encontró ciertas tendencias, tal y como recoge el medio The Conversation:
- Las niñas suelen ser más favoritas: los padres admiten tratar con más afecto y preferencia a sus hijas, si bien esta preferencia no parece ser observada ni por ellas ni por sus hermanos. Así que podría tratarse de un favoritismo sutil.
- Los hijos mayores son más favorecidos en autonomía y libertad: los primogénitos reciben a edades más tempranas libertades que tardan más en ser concedidas a los más pequeños. Esta tendencia sí suele ser apreciada por los hermanos menores, pudiendo ocasionar resentimiento al percibir un trato injusto.
- Preferencia por los hijos responsables y amables: los hijos menos conflictivos y más responsables gozan de un mejor trato que los más impulsivos o temperamentales.

En definitiva, los resultados mostraron que tanto madres como padres tienden a mostrar preferencia hacia las hijas mayores.
Por el contrario, los hermanos menores, aunque pueden recibir más atención, tienen menos responsabilidades. La personalidad juega un papel crucial: los niños amables, responsables y menos conflictivos se perciben como más fáciles de criar, lo que refuerza una dinámica de favoritismo inconsciente.
El favoritismo parental tiene repercusiones profundas en la salud emocional de los hijos. Aquellos que no se sienten favoritos pueden desarrollar problemas como baja autoestima, ansiedad y depresión.
Lejos de ser una investigación para generar sentimientos de culpa en los padres, lo que se pretende es servir como una herramienta para mejorar las dinámicas familiares. "Reconocer patrones de favoritismo no significa que los padres estén fallando; más bien, es una oportunidad para crecer y fortalecer las relaciones", concluye el profesor Alex Jensen en la revista Best Life, autor principal del estudio.
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