PALEONTOLOGÍA

Ave del terror, el enorme pájaro que aterrorizaba a la fauna de Sudamérica hace 12 millones de años

Un equipo de científicos ha encontrado en Colombia un fósil del que podría ser el mayor miembro conocido de una especie de aves, los Phorusrhacidae o "aves del terror", que medían entre uno y tres metros de altura. Este ejemplar es un 5 o 20% mayor que sus congéneres.

Cráneo de cabeza de pájaro Phorusrhacidae

Cráneo de cabeza de pájaro PhorusrhacidaeiStock

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El hallazgo de este fósil de ave carnívora gigante es el más septentrional hallado hasta la fecha en Sudamérica, lo que sugiere que estas aves podrían haber habitado ecosistemas más tropicales, sugiere el estudio.

El equipo, formado por científicos de Argentina, Colombia, Perú y Estados Unidos, analizó el espécimen en busca de nueva información sobre la vida animal en el norte de Sudamérica hace millones de años. Los detalles se describen este lunes en un artículo publicado en la revista Palaeontology.

Imágenes del extremo del tibiotarso izquierdo de un ave del terror, un hueso de la parte inferior de la pata de las aves equivalente al de la tibia o espinilla humana
Imágenes del extremo del tibiotarso izquierdo de un ave del terror, un hueso de la parte inferior de la pata de las aves equivalente al de la tibia o espinilla humana | EFE

El estudio fue dirigido por Federico J. Degrange, especialista en aves del terror en el Centro de Investigaciones en Ciencias de la Tierra (Conicet) de Argentina, y por Siobhán Cooke, profesora asociada de anatomía funcional y evolución en la Universidad Johns Hopkins, en Estados Unidos.

El estudio apunta que el hueso, hallado en el desierto colombiano de la Tatacoa, rico en fósiles y situado en el extremo septentrional de Sudamérica, es el indicio más septentrional del ave en Sudamérica hasta la fecha.

"Las aves del terror vivían en el suelo, tenían extremidades adaptadas para correr y se alimentaban principalmente de otros animales", explica Cooke.

El hueso de la pata del ave fue encontrado por César Augusto Perdomo, conservador del Museo La Tormenta, hace casi 20 años, pero no fue reconocido como ave del terror hasta 2023. En enero de 2024, los investigadores crearon un modelo virtual tridimensional del espécimen utilizando un escáner portátil de la Johns Hopkins Medicine, lo que les permitió analizarlo más a fondo.

Imágenes del extremo del tibiotarso izquierdo de un ave del terror, un hueso de la parte inferior de la pata de las aves equivalente al de la tibia o espinilla humana
Imágenes del extremo del tibiotarso izquierdo de un ave del terror, un hueso de la parte inferior de la pata de las aves equivalente al de la tibia o espinilla humana | EFE

El fósil, el extremo de un tibiotarso izquierdo, un hueso de la parte inferior de la pata de las aves equivalente al de una tibia o espinilla humana, data de la época miocena, hace unos 12 millones de años y presenta probables marcas de dientes de un caimán extinto (el Purussaurus), una especie que se cree que tenía 9 metros de largo.

Un ecosistema completamente distinto

La mayoría de los fósiles de ave del terror se han identificado en el sur de Sudamérica, incluidos Argentina y Uruguay. El hallazgo de este fósil tan al norte como Colombia sugiere que formaba parte importante de la fauna depredadora de la región y ayuda a comprender mejor los animales que vivían en la región hace 12 millones de años.

Los científicos creen que esta desértica región fue antaño un entorno lleno de meandros fluviales y que este pájaro gigante vivía entre primates, mamíferos con pezuñas, perezosos terrestres gigantes y parientes de los armadillos, los gliptodontes, que tenían el tamaño de un coche.

Se cree que la seriema, un ave de patas largas originaria de Sudamérica que mide hasta un metro de altura, es un pariente moderno del Phorusrhacid.

"Se trata de un tipo de ecosistema diferente del que vemos hoy en día o en otras partes del mundo durante un período anterior a que América del Sur y del Norte estuvieran conectadas", afirma Cooke.

El fósil, que se cree que es el primero de su clase en el yacimiento, indica que la especie habría sido relativamente poco común entre los animales de allí hace 12 millones de años, concluye Cooke.

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