SEGÚN UNA RECIENTE INVESTIGACIÓN

Beneficios del ayuno intermitente: mejora el control de la glucosa y es más efectivo a la hora de reducir peso

Se trata de una de las prácticas con más detractores y partidarios. Todo depende de la evidencia científica, el problema es que recién comenzamos a estudiar sus efectos.

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El ayuno intermitente (el intervalo de entre 8 y 12 horas en la ingesta) es una de las prácticas con resultados científicos más controvertidos. Por ejemplo, mientras un estudio publicado en The Lancet lo reconoce como "una intervención dietética sencilla y eficaz, especialmente beneficiosa para las personas con alto riesgo de padecer o que ya padecen enfermedades como el sobrepeso, la obesidad o la diabetes tipo 2", hay otros estudios que no están muy de acuerdo. La Asociación Americana del Corazón ha hecho un análisis de más de 20.000 adultos estadounidenses y descubrió que quienes llevan a cabo este tipo de dieta tenían más probabilidades de morir de enfermedad cardiovascular en comparación con las personas que comían entre 12 y 16 horas al día.

Quizás la clave la tenga la conclusión de una revisión, publicada en Obesity, que analizó 54 estudios sobre ayuno intermitente. "Creemos que este tema es oportuno, pero es solo el comienzo de un campo que está surgiendo rápidamente – explican los autores -. Hay muchas más preguntas por responder. Los estudios futuros deben ser aleatorios, tener tamaños de muestra más grandes, ser de una duración de intervención prolongada (de 6 meses a varios años)".

Lo adecuado es hacer 8 horas de ayuno
Lo adecuado es hacer 8 horas de ayuno | iStock

Y este es precisamente el tipo de estudio que ha realizado un equipo de científicos del Instituto Salk y la Universidad de California San Diego. Los autores del estudio, publicado en Annals of Medicine, estudiaron datos de 108 participantes adultos con síndrome metabólico (un grupo de condiciones que aumentan el riesgo de desarrollar una enfermedad cardíaca y diabetes tipo 2.), sobrepeso y glucosa elevada.

El objetivo era evaluar la eficacia del ayuno intermitente personalizado en los participantes además del asesoramiento nutricional estándar para determinar los efectos de la TRE como una intervención de estilo de vida. Los autores asignaron aleatoriamente a los participantes en dos grupos que tenían diferentes intervenciones; en el primer grupo, los participantes recibieron recomendaciones nutricionales y de estilo de vida estandarizadas y se les aconsejó que continuaran con sus patrones de alimentación.

Por su parte, el segundo grupo recibió las mismas recomendaciones nutricionales, pero también se les asignó una ventana de alimentación personalizada de 8 a 10 horas. Los investigadores monitorearon de forma remota la intervención durante tres meses, durante los cuales los participantes registraron el horario de la ingesta dietética todos los días en una aplicación.

El resultado primario fueron los cambios en la glucosa en ayunas y los parámetros cardiometabólicos. Otros resultados mostraron que, en comparación con el grupo que recibió orientación nutricional estándar, el grupo del ayuno intermitente no solo tuvo una mayor disminución de peso, sino que una mayor proporción del peso perdido fue de grasa, lo que sugiere que esta práctica dietética probablemente plantea un menor riesgo de deterioro muscular asociado con la pérdida de peso.

Además, si bien los cambios fueron modestos, el grupo del ayuno exhibió una mayor mejora en el control del azúcar en sangre y los niveles de hemoglobina. "En última instancia, los datos indican que el ayuno intermitente es una intervención de estilo de vida práctica y efectiva con beneficios para la regulación glucémica y la salud cardiometabólica", concluyen los autores.

Es evidente que el ayuno intermitente tiene detractores y partidarios. Probablemente esto se deba a que se trata de los inicios de estudios vinculados a este tipo de intervenciones. Y puede que ambos tengan razón. El ayuno intermitente puede ser una opción positiva para determinado tipo de pacientes (como por ejemplo aquellas personas con sobrepeso o riesgo de diabetes de tipo 2), pero es necesario tener en cuenta la edad, el estado físico, los beneficios a largo plazo y otros factores que aún no se han estudiado. Lo que sí queda claro es que no debe tratarse como una moda o una práctica a la ligera y es imprescindible consultar con un profesional sanitario antes de llevar a cabo este tipo de intervenciones.

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