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¿Es bueno andar después de comer? Esto dice la ciencia
Incorporar una caminata ligera después de las comidas puede ser más beneficioso de lo que se cree. Estudios recientes revelan que este simple hábito no solo ayuda a la digestión.
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Salir a caminar después de comer podría ser una de las decisiones más saludables que puedas hacer para tu bienestar general. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ya nos ha recordado repetidamente que la actividad física regular, como caminar o andar en bicicleta, es crucial para prevenir y controlar diversas enfermedades. Pero, ¿sabías que caminar después de las comidas tiene beneficios específicos?
Este tipo de actividad física moderada es capaz de mejorar la digestión, reduciendo el reflujo de los ácidos gástricos hacia el esófago, lo que disminuye la probabilidad de acidez estomacal y otros síntomas de reflujo. Un estudio publicado por la revista Diabetes Caredemuestra que una caminata de 15 minutos a paso ligero después de comer puede reducir, significativamente, los niveles de azúcar en sangre, más eficazmente que una caminata de 45 minutos por la mañana. Los expertos concluyeron que caminar poco después de las comidas no solo reduce la glucosa en sangre, sino que también contribuye a la pérdida de peso.Y es que, añadir pasos adicionales al día, especialmente justo después de comer, es más efectivo para la pérdida de peso que esperar una hora antes de empezar a moverse. Caminar inmediatamente después de una comida ayuda a quemar calorías y a mantener un peso saludable.
También facilita la digestión al mover los alimentos más rápidamente a través del sistema digestivo, acelerando el vaciamiento gástrico, lo que permite que los alimentos se muevan más rápido del estómago al intestino delgado. Esto puede reducir las molestias gastrointestinales como eructos, gases, hinchazón y calambres.
El simple acto de caminar puede liberar endorfinas, serotonina y dopamina en el cerebro, mejorando el estado de ánimo y promoviendo emociones positivas. Estos neurotransmisiones juegan un papel crucial en la regulación del bienestar emocional.
Aunque incluso caminatas breves de dos o cinco minutos pueden ser beneficiosas, los mayores efectos se observan con paseos de entre 20 y 30 minutos. Este tiempo es suficiente para reducir los niveles de azúcar y mejorar la digestión sin causar incomodidad.
En resumen, salir a caminar después de comer es una práctica simple pero poderosa que puede tener un impacto significativo en la salud. No solo mejora la digestión y ayuda a controlar los niveles de azúcar, sino que también promueve la pérdida de peso y mejora el estado de ánimo. Así que la próxima vez que termines de comer, considera dar un paseo para cosechar estos beneficios.
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