¿QUÉ BEBES TÚ?
La ciencia resuelve el debate: ¿es mejor beber agua con gas o sin gas?
Aunque ambas opciones hidratan por igual, los expertos explican si la carbonatación tiene algún efecto en la digestión, el peso y la salud dental.
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¿Alguna vez te has preguntado si el agua con gas ofrece más beneficios que la versión sin gas? Aunque ambas opciones hidratan por igual, la elección entre una y otra puede influir en tu salud de diferentes maneras.
El agua con gas se caracteriza por contener ácido carbónico disuelto, lo que le otorga su efervescencia y un sabor ligeramente amargo. Además, suele tener una mayor concentración de minerales como calcio y magnesio, lo que puede aportar beneficios adicionales. Según The Conversation, estos minerales pueden mejorar la deglución, aliviar la dispepsia y reducir el estreñimiento. Asimismo, la sensación de saciedad que produce podría ayudar en el control del peso corporal.
En el ámbito renal, algunos estudios sugieren que consumir agua con gas rica en calcio podría disminuir el riesgo de formación de cálculos renales. Además, el contenido mineral del agua con gas podría contribuir al mantenimiento de una presión arterial normal y a la reducción de biomarcadores de riesgo cardiometabólico, como el colesterol LDL y la glucosa.
No obstante, es importante considerar algunos aspectos negativos. El agua carbonatada no está fluorada, lo que podría afectar el desarrollo dental desde edades tempranas. Aunque la erosión dental es menor en comparación con otras bebidas carbonatadas, se recomienda moderación en su consumo, especialmente en niños.
En conclusión, tanto el agua con gas como la sin gas son opciones saludables para mantener una adecuada hidratación. La elección dependerá de tus preferencias personales y de cómo tu organismo responda a cada una.
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