ESTUDIO PUBLICADO EN LA REVISTA SPRINGER'S JOURNAL OF BUSINESS AND PSYCHOLOGY
¿Es cierto eso de que los feos cobran menos?
¿Las personas guapas y atractivas ganan más dinero que los menos agraciados? No es tan sencillo como eso, según Satoshi Kanazawa de la Escuela de Economía y Ciencia Política de Londres (Reino Unido) y Mary Still de la Universidad de Massachusetts en Boston (Estados Unidos).
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Los salarios están influenciados por algo más que el atractivo físico (o la falta de él), y las diferencias individuales también cuentan. La investigación concluyó que las personas más sanas y más inteligentes, más extrovertidas y con menos rasgos de personalidad neurótica eran los que conseguían los sueldos más suculentos, según el estudio publicado en la revista Springer's Journal of Business and Psychology.
Los economistas han documentado ampliamente la "prima de la belleza" - o, a la inversa, la "pena de la fealdad" - sobre los salarios. Las encuestas basadas en la población de Estados Unidos y Canadá, por ejemplo, demostraron que las personas físicamente atractivas ganan más que el promedio, mientras que las que están 'estéticamente comprometidas' (o personas feas) ganan menos.
Kanazawa y Still analizaron una muestra representativa de Estados Unidos con medidas muy precisas y repetidas de atractivo físico: la Encuesta Nacional Longitudinal de Salud del Adolescente (Add Health) que mide el atractivo físico de todos los encuestados en una escala de puntos en distintos estadios de la vida con un seguimiento de 13 años.
El análisis mostró que las personas no son necesariamente discriminadas debido a su apariencia. La teoría de la prima de belleza se disipó cuando los investigadores tuvieron en cuenta factores como la salud, la inteligencia y los factores de personalidad más importantes junto con otros relacionados con el atractivo físico. Los encuestados más sanos y más inteligentes, y aquellos con más rasgos positivos de la personalidad ganaron mucho más que otros.
"Los trabajadores físicamente más atractivos pueden ganar más, no necesariamente porque son más hermosos, sino porque son más sanos, más inteligentes y tienen mejores rasgos de personalidad que conducen a mayores ganancias, como ser más conscientes, más extravertidos y menos neuróticos", explica Kanazawa.
Encontraron evidencias de una supuesta prima de fealdad en la que vale la pena no ser estéticamente agradable. Los encuestados que cayeron en la categoría "muy poco atractiva" siempre ganaban más que los que se consideraban simplemente poco atractivos. Esto sucedía incluso en el caso de que los ingresos de los poco agraciados se medían en comparación con sus compañeros de aspecto promedio o incluso atractivo.
Según Still, los métodos utilizados en otros estudios podrían explicar por qué los hallazgos de la investigación actual son contrarios a muchos pensamientos actuales sobre la economía de la belleza. Por un lado, pocos estudios han tenido en cuenta aspectos de salud, la inteligencia (en contraposición a la educación) y los factores de personalidad. Por otra parte, en la mayoría de los estudios, las categorías "muy poco atractivas" y "poco atractivas" se agrupan para formar una categoría "inferior a la media".
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