¿TE HA PASADO?
Cinco verdades de quienes miran el móvil mientras hablan contigo, según la psicología
¿Alguna vez has estado hablando con alguien y se ha puesto a mirar su teléfono móvil en repetidas ocasiones?
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Tratar de hablar con alguien que está más pendiente del móvil que de lo que le estás hablando es una situación muy incómoda, pero es algo que todos hemos vivido o hecho alguna vez, en mayor o menor medida. Esto afecta significativamente a la comunicación y, en muchas ocasiones, a la relación con esa persona.
Según el estudio Influencia de la tecnología en la vida de los españoles, de Kaspersky, hay varias verdades detrás de este comportamiento, que, aunque parten de una base interpretativa, lo más probable es que no sean del todo de su agrado.
La primera verdad es que la conversación no es una prioridad para la otra persona, lo que genera esa situación de incomodidad para quien que está tratando de mantener la conversación, pudiendo llegar a generarle un rechazo y sentimiento de infravaloración.
En segundo lugar, esta situación se puede deber a que la persona que no deja el móvil durante la charla tenga problemas de atención plena en ese momento. La psicología relaciona esto a una desconexión emocional o cognitiva, y llegando a afectar por ello la relación entre las dos personas.
La siguiente verdad trata de que tal vez la persona en cuestión no quiera mantener la conversación que estáis teniendo por temas de incomodidad respecto a ese tema y usando su dispositivo móvil como un refugio, es decir, como una forma de aislarse.
Por el contrario, podemos encontrarnos que la personas no esté incomoda con el tema del que se está conversando, sino que presente una adicción a su teléfono, como por ejemplo a las redes sociales, sintiendo la necesidad constante de observar que está sucediendo en estas. Y este caso puede afectar significativamente a como mantiene relaciones cara a cara.
Por último, y una de las cosas clave en estas situaciones, es que, durante una conversación en persona, si no estamos atentos a la persona con la que hablamos, la comunicación no verbal se verá afectada, perdiendo el contacto visual, matices emocionales de la conversación u otros elementos necesarios para una conversación natural.
De todas formas, siempre habrá que tener en cuenta que en ocasiones habrá que valorar si el problema realmente viene reflejado por el tipo de persona o si se debe a algún problema presente en la relación.
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