CAMBIOS EN EL DESCANSO
La comida basura puede perjudicar el sueño profundo
Un estudio ha comparado cómo duermen las personas tras seguir una dieta equilibrada o una dieta repleta de azúcares, grasas y comida procesada.
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La comida que contiene grandes cantidades de azúcares, que está procesada o tiene muchas grasas saturadas se denomina comida basura. Uno de los perjuicios que produce consumir este tipo de alimentos de forma reiterada es que puede desencadenar problemas en el intestino.
También se asocia la comida basura con mayor incidencia cáncer colorrectal y enfermedad cardiaca. Ahora, un nuevo estudio de la Universidad de Upsala, en Suecia, ha investigado cómo estos alimentos afectan al sueño, y los ha relacionado con un peor descanso profundo.
Los resultados de la investigación se han publicado en 'Obesity', donde los autores han descrito cómo fue su experimento, llevado a cabo con 15 hombres jóvenes y saludables de peso normal. A estos se les instó a seguir una dieta más saludable y otra menos en orden aleatorio para observar y monitorizar las consecuencias en el sueño.
Las dos dietas contenían el mismo número de calorías, ajustadas a los requerimientos diarios de cada individuo. Entre otras cosas, la dieta poco saludable contenía un mayor contenido de azúcar y grasas saturadas y más alimentos procesados. Cada dieta se consumió durante una semana.
Durante ese tiempo, los científicos evaluaron los hábitos de sueño de los participantes, que debían dormir entre siete y nueve horas diaria. Después de cada dieta, los participantes fueron examinados en un laboratorio de sueño donde se monitorizó su actividad cerebral durante el descanso.
Cambios en el sueño profundo
Tras la semana ingiriendo comida poco saludable, los investigadores observaron que la calidad del sueño profundo de los participantes se había deteriorado, en comparación con los que habían seguido la dieta más saludable.
"Lo que vimos fue que los participantes durmieron la misma cantidad de tiempo cuando consumieron las dos dietas", aunque hubo diferencias en las ondas lentas durante la etapa de sueño profundo, según detalla uno de los autores del estudio, Jonathan Cedernaes, en un comunicado.
"Curiosamente, vimos que el sueño profundo exhibió menos actividad de onda lenta cuando los participantes habían comido comida basura, en comparación con el consumo de alimentos más saludables. Este efecto también duró una segunda noche, una vez que cambiamos a los participantes a una dieta idéntica".
Por tanto, la dieta saludable provocó que el sueño profundo fuera menos profundo y reparador. Son efectos similares a los que ocurren cuando una persona envejece o tiene insomnio; por lo que los autores creen que su investigación puede ayudar a configurar dietas específicas para esas personas.
Sin embargo, la investigación de la Universidad de Upsala no definía qué sustancias específicas de la dieta poco saludable empeoraban la calidad del sueño. Los científicos tampoco saben cuán duraderos pueden ser los efectos del sueño de la dieta poco saludable.
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