¿LO SABÍAS?

Cómo tus emociones influyen en la forma en que comes

Si piensas en cuántas ocasiones a lo largo de tu vida tus estados emocionales y de ánimo han influido en tu forma de comer te sorprendería la cantidad de veces que éstos condicionan las decisiones alimentarias.

Una mujer rechaza comida

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Nuestra relación con la comida va más allá de la nutrición, ya que también está ligada a nuestras emociones. No siempre comemos por hambre física; muchas veces lo hacemos para gestionar el estrés, la ansiedad o la tristeza.

El hambre física aparece gradualmente y responde a la necesidad de energía, mientras que el hambre emocional surge de forma repentina y nos impulsa a buscar alimentos específicos, como dulces o comida ultraprocesada, en un intento de aliviar el malestar.

Hombre pensando en comida
Hombre pensando en comida | TecnoXplora

Cuando las emociones dominan nuestra alimentación, es fácil caer en un ciclo de culpa y dietas restrictivas que afectan nuestro bienestar. Además, recurrir a la comida como única vía para gestionar el estrés puede desconectarnos de nuestras señales naturales de hambre y saciedad.

Para romper este patrón, es importante desarrollar estrategias alternativas. Técnicas de relajación, actividad física y apoyo social pueden ayudar a manejar el malestar sin recurrir a la comida.

Comprender cómo influyen nuestras emociones en la alimentación nos permite tomar decisiones más conscientes y saludables. Al hacerlo, la comida deja de ser un refugio emocional y se convierte en una fuente equilibrada de nutrición y bienestar.

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