DIETA MEDITERRÁNEA

Confirman los beneficios de reemplazar la mantequilla por aceites vegetales

Para llegar a esta conclusión no solo se utilizó un nuevo sistema de medición de grasas en sangre, también se utilizó la dieta mediterránea como medida saludable.

Mantequilla

MantequillaUnsplash

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Las enfermedades cardiovasculares (ECV) son responsables de más de un tercio de muertes al año a nivel global. A estas cifras se debe sumar la diabetes tipo 2 que también contribuye sustancialmente a la carga mundial de enfermedades no transmisibles y a la mortalidad prematura. Por lo tanto, reducir la incidencia de enfermedades cardiometabólicas generaría importantes beneficios a nivel mundial. La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó recientemente un conjunto de pautas dietéticas que instan a reducir las grasas saturadas y aumentar las grasas insaturadas para prevenir enfermedades cardiometabólicas.

Sin embargo, un reciente estudio publicado en Nature señala un problema: las controversias actuales sobre el papel de las grasas en la dieta en la salud cardiometabólica se centran en los posibles beneficios de una dieta alta en grasas y baja en carbohidratos (LCD), en oposición a los beneficios de reducir la ingesta de grasas saturadas.

El estudio, realizado por un equipo internacional de la Universidad Tecnológica de Chalmers y el Instituto Alemán de Nutrición Humana, entre otros, ha medido con precisión los cambios en la sangre del contenido de grasas y los ha relacionado directamente con el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo 2.

"Nuestro estudio confirma con aún más certeza los beneficios para la salud de una dieta rica en grasas vegetales insaturadas, como la dieta mediterránea – señala Clemens Wittenbecher, líder del estudio, en un comunicado -, y podría ayudar a proporcionar consejos dietéticos específicos a quienes se beneficiarían más de cambiar sus hábitos alimentarios".

El equipo de Wittenbecher utilizó los métodos más avanzados, como la lipidómica, el análisis a gran escala de vías y redes de lípidos celulares. Estas mediciones de lípidos muy detalladas permitieron a los investigadores vincular la dieta y la enfermedad de un modo novedoso: combinando estudios de intervención dietética (dietas altamente controladas) con estudios de cohortes realizados previamente y con seguimiento de la salud a largo plazo.

Parte de esta investigación se llevó a cabo en un estudio de intervención dietética en la Universidad de Reading, Reino Unido, en el que participaron 113 participantes. Durante 16 semanas, un grupo consumió una dieta rica en grasas animales saturadas, mientras que el otro grupo siguió una dieta rica en grasas vegetales insaturadas. Las muestras de sangre se analizaron mediante lipidómica para identificar moléculas de lípidos específicas que reflejan las diferentes dietas consumidas por cada participante.

"Resumimos los efectos sobre los lípidos en sangre con una puntuación multilípida (MLS) – añade el coautor Fabian Eichelmann -. Una MLS alta indica un perfil saludable de grasas en sangre, y una ingesta alta de grasas vegetales insaturadas y una ingesta baja de grasas animales saturadas pueden ayudar a lograr niveles tan positivos de MLS".

Los resultados de los 113 voluntarios se relacionaron estadísticamente con la aparición de enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo 2 en grandes estudios observacionales que se habían llevado a cabo previamente. Estos grandes estudios de cohortes siguieron a participantes inicialmente sanos durante varios años. La comparativa mostró que los participantes con un MLS más alto, un indicador de una dieta con la presencia de grasas beneficiosas en la dieta, tenían un riesgo sustancialmente menor de desarrollar enfermedades cardiometabólicas.

Finalmente, el estudio examinó si las personas con niveles bajos de MLS (una señal de la presencia de altos contenidos de grasas saturadas), se beneficiaban específicamente con el cambio hacia una dieta mediterránea, centrada en proporcionar más grasas vegetales insaturadas. Los resultados mostraron que, al cambiar de dieta, aumentaban los índices de prevención de la diabetes.

"La dieta es tan compleja que a menudo resulta difícil extraer pruebas concluyentes de un solo estudio – concluye Wittenbecher -. Nuestro enfoque de utilizar la lipidómica para combinar estudios de intervención con dietas altamente controladas y estudios de cohortes prospectivos con seguimiento de la salud a largo plazo puede superar las limitaciones actuales en la investigación sobre nutrición".

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