GESTACIÓN
Consecuencias de la inseguridad alimentaria durante el embarazo
La falta de alimentos adecuados durante esta etapa se ha convertido en un riesgo de salud pública global.
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La inseguridad alimentaria se define como la falta de acceso constante a alimentos nutricionalmente adecuados y seguros necesarios para una vida saludable. Esto, que parece sencillo se ha convertido en un problema de salud pública a nivel global.
El hambre mundial aumentó drásticamente entre 2019 y 2021 y se mantuvo en el mismo nivel hasta 2023, afectando a más del 9 % de la población mundial en 2023. De acuerdo con datos de Naciones Unidas, se estima que más de 582 millones de personas padecerán desnutrición crónica en 2030. Y las cifras no distinguen entre áreas urbanas (un 30%) y rurales (un 26%). En España, mientras tanto, la inseguridad alimentaria en España afecta a 6 millones de personas, sin distinción de género ni edad. El problema es que sabemos de su impacto en casi toda la sociedad, pero su asociación con las complicaciones perinatales sigue sin estar clara.
Con esto en mente, un equipo de científicos de la Universidad de Purdue, liderados por Rana Chehab, especialista en epidemiología y nutrición, han examinado si la inseguridad alimentaria durante el embarazo se asociaba con el riesgo de complicaciones perinatales.
El estudio se ha publicado en Jama Open Network y utilizó datos de una encuesta sobre el embarazo realizada entre el 22 de junio de 2020 y el 9 de septiembre de 2022 con casi 20.000 mujeres embarazadas.
Los resultados mostraron que aquellas que no tenían acceso a alimentos nutritivos o tenían un acceso esporádico a los mismos, tuvieron un mayor riesgo de diabetes gestacional, parto prematuro e ingresos en unidades de cuidados intensivos.
Lo relevante del estudio es que los vínculos se atenuaron en general hasta llegar a ser nulos entre las personas que sí recibieron asistencia alimentaria durante el embarazo. Estos hallazgos respaldan las pautas clínicas de detección de la inseguridad alimentaria, durante el embarazo.
En Estados Unidos, donde residían las voluntarias que participaron del estudio, casi el 11% de las embarazadas tenía dificultades para acceder a una alimentación adecuada. El equipo de Chehab realizó pruebas cromosómicas para comparar las características de los participantes y seguimientos durante dos años para evaluar la salud de los hijos.
"Se necesitan investigaciones adicionales para confirmar nuestros hallazgos en otras poblaciones de estudio – señala el estudio – y así poder realizar intervenciones basadas en evidencia para mejorar los resultados de salud entre las personas embarazadas con inseguridad alimentaria y sus hijos. Los esfuerzos futuros deben basarse en estos hallazgos para mejorar la detección y el manejo de la inseguridad alimentaria en el embarazo".
Las conclusiones del estudio también destacan que las intervenciones tempranas, detección de mujeres en riesgo, ayuda y guía, siempre resulta mucho más económico que las acciones posteriores. Por un lado se ha demostrado que al menos un tercio de los alimentos cultivados termina desperdiciado, lo que indica que la falta de alimentos no es el problema. Al mismo tiempo, la intervención previa permite crear un sistema de educación alimentaria que redunda en salud y menos gastos en este apartado, algo que puede prolongarse durante años si se enfrenta el problema cuando ya el embarazo está avanzado o los niños han nacido.
"Las iniciativas y políticas de salud pública – confirma el estudio - deben apoyar los programas de asistencia alimentaria y garantizar una participación más amplia para ayudar a abordar la inseguridad alimentaria en el embarazo como un paso adelante para garantizar una atención prenatal y resultados del embarazo equitativos".
En el actual entorno de cambio climático y su efecto en las cosechas, la inseguridad alimentaria afecta no solo a las poblaciones rurales, también a las urbanas y periurbanas. La seguridad, de acuerdo con la RAE, incluye sinónimos como el amparo y la defensa: el cuidado de las futuras generaciones pasa por la alimentación. Y la defensa de ello, concluye Chehab.
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