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BULOS Y NOTICIAS FALSAS

Si creemos que una mentira puede convertirse en realidad, somos capaces de creerla y difundirla

No importa si la declaración proviene de una amistad, alguien vinculado a la política o una empresa.

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NoticiasMarkus Winkler para Unsplash

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¿Por qué consumimos noticias falsas? La verdad es que no lo hacemos por una sencilla razón: pensamos que son ciertas o al menos que coinciden connuestro punto de vista y eso las hace creíbles. El problema se hace mayor cuando no solo creemos ese tipo de noticias, sino que la difundimos en redes sociales o en nuestro entorno. Y esto tendría una razón.

Solemos estar dispuestos a perdonar declaraciones que sabemos son falsas e incluso difundirla en redes sociales si creemos que esas declaraciones podrían volverse ciertas en el futuro. Así lo afirma un reciente estudiopublicado en Journal of Personality and Social Psychology por la Asociación Estadounidense de Psicología.

Ya sea que la situación involucre a un político que hace una declaración controvertida, una empresa que exagera la verdad en un anuncio o alguien que aspira a un empleo y miente o exagera en su currículum, si creemos que una mentira puede convertirse en realidad posteriormente, no lo consideramos poco ético porque juzgamos el mensaje más amplio, es decir creemos que se trata de una mentira inocente.

"El aumento de la desinformación es un problema social apremiante, que aviva la polarización política y erosiona la confianza en los negocios y la política – explica la autora principal del estudio, Beth Anne Helgason –. La información errónea persiste en parte porque algunas personas la creen. Pero eso es solo una parte de la historia. La información errónea también persiste porque a veces las personas saben que es falsa pero aún así están dispuestas a excusarla".

Para explorar por qué estaríamos dispuestos a tolerar esta información errónea, el equipo de Helgason realizó seis experimentos con más de 3.600 voluntarios. Los científicos les mostraron una variedad de declaraciones, claramente identificadas como falsas, y luego les pidieron a algunos participantes que reflexionaran sobre las predicciones sobre cómo las declaraciones podrían volverse verdaderas en el futuro.

Los experimentos llevados a cabo

En el primer experimento, se les pidió a a 447 estudiantes de 59 países diferentes que estaban tomando un curso en una escuela de negocios del Reino Unido, que imaginaran que un amigo mintió en su currículum, por ejemplo, al incluir el modelado financiero como una habilidad a pesar de no tener experiencia previa.

Luego les pidieron a algunos participantes que consideraran la posibilidad de que la mentira se hiciera realidad (p. ej., "Consideren que si el mismo amigo se inscribe en un curso de modelado financiero que ofrece la escuela en el verano, entonces podría adquirir experiencia con el modelado financiero"). Descubrieron que los estudiantes pensaban que no era tan malo que mintiera si podía desarrollar esta habilidad en el futuro.

En otro experimento, 599 participantes estadounidenses vieron seis declaraciones políticas marcadamente falsas diseñadas para atraer tanto a los conservadores como a los liberales, entre ellas, "Millones de personas votaron ilegalmente en las últimas elecciones presidenciales" y "El máximo ejecutivo promedio gana 500 veces más que el trabajador promedio".

Cada declaración fue etiquetada claramente como falsa por verificadores de hechos (fact-checkers) no partidistas y de buena reputación. Luego se les pidió a los participantes que generaran sus propias predicciones sobre cómo cada declaración podría volverse cierta en el futuro. Por ejemplo, se les dijo que "Es un hecho comprobado que el principal director ejecutivo promedio actualmente gana 265 veces más dinero que el trabajador estadounidense promedio", luego se les pidió que respondieran a la pregunta abierta, "El principal director ejecutivo promedio pronto ganará 500 veces más dinero que el trabajador estadounidense promedio si…".

Las declaraciones falsas podrían convertirse en verdad

Los investigadores encontraron que los participantes de ambos lados del espectro político que imaginaron cómo las declaraciones falsas podrían eventualmente convertirse en verdad tenían menos probabilidades de calificar la declaración como poco ética que aquellos que no lo hicieron. Este fue especialmente el caso cuando la declaración falsa encajaba con sus puntos de vista políticos. Es importante destacar que los participantes sabían que estas declaraciones eran falsas, pero imaginar cómo podrían volverse ciertas hizo que las personas las encontraran más excusables.

"Nuestros hallazgos son preocupantes – añade Daniel Effron, coautor del estudio –, particularmente dado que encontramos que alentar a las personas a pensar sobre la ética de las declaraciones fue insuficiente a la hora de difundir las noticias, aún sabiendo que son falsas. Esto destaca las consecuencias negativas de dar tiempo al aire a los líderes en los negocios y la política que dicen falsedades".

Los investigadores también encontraron que los participantes estaban más inclinados a compartir información errónea en las redes sociales cuando imaginaban cómo podría convertirse en realidad, pero solo si se alineaba con sus puntos de vista políticos. Esto sugiere que cuando la información errónea respalda la política de uno, las personas pueden estar dispuestas a difundirla porque creen que la declaración es esencialmente, si no literalmente, cierta.

"A diferencia de las afirmaciones sobre lo que es verdad, las proposiciones sobre lo que podría convertirse en verdad son imposibles de verificar. Por lo tanto, es muy difícil convencer a quien está seguro de que una mentira puede convertirse en de lo contrario".

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