CURIOSIDAD
¿Cuáles serán los cambios que sufrirá nuestra cara dentro de un millón de años?
El rostro de los seres humanos evolucionará y ya nos podemos imaginar cómo gracias al estudio de la universidad de Aarhus.
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Teniendo en cuenta los cambios que ha sufrido el ser humano como especie desde su origen, todos nos preguntamos cómo sería nuestro cuerpo en el futuro. Ahora, gracias a la investigación realizada por un grupo de científicos de la Universidad de Aarhus, en Dinamarca, podemos hacernos una idea.
El estudio partió de los factores que han influido en la evolución humana hasta el presente, considerando puntos clave en la historia como por ejemplo las consecuencias de la agricultura, cómo ésta cambió la dieta y a largo plazo la apariencia física de nuestra especie, así como el descubrimiento de la insulina para controlar algunas enfermedades.
Según sugiere el profesor de bioinformática Thomas Mailund de la Universidad de Aarhus en una entrevista para la BBC, "ya no es realmente una cuestión biológica, sino tecnológica". Tal y como explican las declaraciones de Thomas Mailund, es probable que en el futuro usemos todo tipo de implantes para mejorar nuestras condiciones tanto físicas como mentales tal y como ya en la actualidad se usan, por ejemplo, marcapasos para hacer que el corazón funcione al ritmo adecuado.
También cabe la posibilidad de que en el futuro usemos un ojo artificial o un implante cerebral que nos permita ver y recordar mejor la información que recibimos como si de un robot de película se tratase.
El argumento de Mailund sobre las modificaciones para "mejorar" el cuerpo humano se sustenta en que no es una práctica nueva. De hecho, explica que la medicina moderna ya lo hace, por lo que el siguiente paso es "entrar al cerebro con implantes artificiales".
En consecuencia, el desarrollo de implantes cerebrales se constituye como una oportunidad para mejorar la capacidad sensorial de las personas y la optimización de los órganos humanos, algo que se podría lograr dentro de un millón de años de evolución.
Todo esto, por supuesto, son puras hipótesis. Resulta prácticamente imposible saber con exactitud cómo será el rostro humano dentro de un millón de años, pero gracias a los científicos especializados en el campo de la bioinformática podemos hacernos una pequeña idea.
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