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Descubren que el cerebro podría controlar los atracones y cómo evitarlos
La gestión de la enzima autotaxina sería fundamental para evitar esta excitación a la hora de comer, según un estudio de la Universidad de Colonia.
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Un grupo de investigadores de la Universidad de Colonia ha desarrollado un enfoque completamente novedoso para tratar los trastornos alimentarios. Los científicos han demostrado que un grupo de células nerviosas en el hipotálamo son capaces de gestionar los llamados atracones.
Estas células nerviosas, las llamadas AgRP, controlan la liberación de lisofosfolípidos endógenos, que a su vez controlan la excitabilidad de las células nerviosas en la corteza cerebral, lo que estimula la ingesta de alimentos. Los resultadosse han publicado en 'Nature Metabolism'.
En este proceso, el paso crucial de la vía de señalización está controlado por la enzima autotaxina, responsable de la producción de ácido lisofosfatídico en el cerebro, que actúa como modulador de la actividad de la red.
Por tanto, este descubrimiento podría ser útil para controlar algunos trastornos alimentarios, y que la administración de inhibidores de la autotaxina puede, por tanto, reducir significativamente tanto la ingesta excesiva de alimentos después del ayuno como la obesidad en roedores.
Controlar la excitabilidad para gestionar la conducta alimentaria
El equipo investigador ha demostrado que el control de la excitabilidad de las neuronas de la corteza cerebral juega un papel esencial en el control de la conducta alimentaria, ya que las neuronas AgRP regulan la cantidad de lisofosfatidilcolina (LPC) en la sangre.
A través de este transporte, la LPC llega al cerebro, donde la enzima autotaxina (ATX) la convierte en LPA, que está activa en la sinapsis. Las señales LPA sinápticas estimulan redes específicas en el cerebro, lo que conduce a una mayor ingesta de alimentos, los llamados atracones.
Para demostrar sus hallazgos, los investigadores se basaron en ratones a los que, después de un periodo de ayuno, les aumentaba el LPC en sangre y, por tanto, también la LPA. Los ratones mostraron un comportamiento típico de búsqueda de alimento, aunque sus impulsos se podían normalizar si se les administraba autotaxina.
Además, los ratones obesos lograron perder peso cuando ingerían autotaxina de forma continua. Tal y como explica uno de los autores, Johannes Vogt, en un comunicado: "Vimos una reducción significativa en la ingesta excesiva de alimentos y la obesidad a través de la mutación genética y la inhibición farmacológica de ATX".
Posibilidades de controlar la excitación alimentaria
Hasta ahora, los intentos de influir en el comportamiento alimentario con medicamentos han resultado ineficaces, tal y como indican desde la Universidad de Colonia en Alemania. Sin embargo, una novedosa terapia que module la excitabilidad en cuanto a la comida, o los llamados atracones, podría ser un paso decisivo para controlar la obesidad.
Robert Nitsch, otro de los autores del estudio, ve los hallazgos como un paso importante hacia el desarrollo de nuevos fármacos: "Los datos muestran que las personas con una vía de señalización LPA sináptica alterada tienen más probabilidades de tener sobrepeso y padecer diabetes tipo II. Esta es una fuerte indicación de un posible éxito terapéutico de los inhibidores de ATX, que actualmente estamos desarrollando".
Estos hallazgos sobre el control de la excitación de las redes neuronales en la conducta alimentaria sugieren que, en el futuro, no solo podrían contribuir al tratamiento de los trastornos alimentarios, sino también a enfermedades neurológicas y psiquiátricas.
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