MUCHO CUIDADO

Descubren virus nunca antes vistos en los cepillos de dientes

"La cantidad de virus que encontramos es absolutamente increíble. De muchos de ellos sabemos muy poco y de otros, no sabíamos nada", señala un estudio.

Mujer cepillándose los dientes

Mujer cepillándose los dientesPixabay

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El miedo, a menudo, es irracional, no tiene explicación. Pero sí culpables. Durante años hemos atribuido la responsabilidad de los virus a utensilios domésticos usados en la cocina o al váter y su capacidad para disparar nubes de bacterias cuando tiramos la cadena, pero parece que estos microorganismos prefieren otros sitios. Como los cepillos de dientes o los cabezales de la ducha.

De acuerdo con un nuevo estudio publicado en Frontiers, los cabezales de ducha y los cepillos de dientes están repletos de una colección extremadamente diversa de virus, la mayoría de los cuales nunca se han visto.

Alcachofa de la ducha
Alcachofa de la ducha | Pexels

Una de las características principales es que los microorganismos recolectados por el equipo de Erica M. Hartmann, líder del estudio, son bacteriófagos, o "fagos", un tipo de virus que infecta y se replica dentro de las bacterias. Y esto es una buena noticia: los fagos han llamado la atención recientemente por su posible uso en el tratamiento de infecciones bacterianas resistentes a los antibióticos. De este modo, los virus detectados por el equipo de Harmann podrían convertirse en una fuente de inspiración para futuros tratamientos.

"La cantidad de virus que encontramos es absolutamente increíble – explica Hartmann, en un comunicado -. Encontramos muchos virus de los que sabemos muy poco y muchos otros que nunca habíamos visto antes. Es sorprendente la cantidad de biodiversidad sin explotar que hay a nuestro alrededor Y ni siquiera hay que ir muy lejos para encontrarla: está justo debajo de nuestras narices".

El nuevo estudio fue inspirado por investigaciones previas también realizadas por Hartmann en las que se les pidió a voluntarios que enviaran cepillos de dientes usados e hisopos con muestras recogidas de sus cabezales de ducha.

"El proyecto comenzó como una curiosidad – añade Hartmann -. Queríamos saber qué microbios viven en nuestros hogares. Si pensamos en los ambientes interiores, las superficies como las mesas y las paredes son realmente difíciles de que vivan los microbios. Los microbios prefieren ambientes con agua. ¿Y dónde hay agua? Dentro de los cabezales de ducha y en los cepillos de dientes".

Después de caracterizar las bacterias, Hartmann analizó el ADN para examinar los virus que vivían en esas mismas muestras. Los resultados mostraron más de 600 virus diferentes, y no había dos muestras iguales.

"Básicamente, no vimos ninguna superposición en los tipos de virus entre los cabezales de ducha y los cepillos de dientes – afirma esta microbióloga de la Universidad Northwestern -. También vimos muy poca superposición entre dos muestras. Cada cabezal de ducha y cada cepillo de dientes es como su propia pequeña isla. Esto simplemente subraya la increíble diversidad de virus que hay".

A esto hay que sumarle que si bien los resultados mostraron pocos patrones entre todas las muestras, Hartmann y su equipo notaron más micobacteriófagos que otros tipos de fagos. Los micobacteriófagos infectan a las micobacterias, una especie patógena que causa enfermedades como la lepra, la tuberculosis y las infecciones pulmonares crónicas. Hartmann imagina que, algún día, los investigadores podrían aprovechar los micobacteriófagos para tratar estas infecciones y otras.

"Podríamos usar estos micobacteriófagos como una forma de limpiar los patógenos del sistema de fontanería – señala el estudio -. Queremos observar todas las funciones que podrían tener estos virus y descubrir cómo podemos usarlos".

La buena noticia es que estos virus no atacan a las personas: solo atacan a las bacterias. Así, en lugar de usar lejía para limpiar nuestros utensilios, los expertos aconsejan remojar los cabezales de las duchas en vinagre para eliminar la acumulación de calcio o simplemente lavarlos con agua y jabón. Y también deberíamos reemplazar regularmente los cabezales de los cepillos de dientes. Hartmann tampoco es partidaria de los cepillos de dientes antimicrobianos, que, según ella, pueden generar bacterias resistentes a los antibióticos.

"Los microbios están en todas partes y la gran mayoría de ellos no nos enferman – concluye el estudio -. Cuanto más los ataquemos con desinfectantes, más probabilidades hay de que desarrollen resistencia o se vuelvan más difíciles de tratar. Deberíamos aceptarlos".

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