TEORÍAS E HIPÓTESIS
¿Cómo se construyeron las pirámides de Egipto?
Muchos han creído que los egipcios poseían algún tipo de conocimiento matemático o científico, pues de lo contrario sería muy difícil que hubieran podido levantar semejantes monumentos.
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Desde que el mundo es mundo, a los humanos siempre nos ha fascinado mirar al firmamento e intentar comprender lo que hay allá arriba. Gracias a los conocimientos que hemos ido adquiriendo sobre el cielo, hemos sido capaces de realizar grandes obras en la Tierra, como las imponentes pirámides egipcias, que sorprenden por su complejidad arquitectónica pese a proceder de un tiempo tan lejano.
Muchos han creído que los egipcios poseían algún tipo de conocimiento matemático o científico, pues de lo contrario sería muy difícil que hubieran podido levantar semejantes monumentos. Otros, incluso, han tirado de conspiración extraterrestre y han especulado con que los alienígenas bajaron a nuestro planeta y les dieron instrucciones para edificarlas. Esto no parece muy creíble. No obstante, y aunque el misterio quizá no se resuelva nunca del todo, a lo largo de las últimas décadas los científicos han ido elaborando hipótesis bastante más convincentes.
El egiptólogo Flinder Petrie descubrió en el siglo XIX que cada uno de los cuatro lados de las bases de las pirámides apunta hacia uno de los puntos cardinales (norte, sur, este y oeste) con una desviación mínima. Sobre cómo fue esto posible, el ingeniero Glen Dash, estudioso de estas construcciones, plantea que se pudo usar el método del “círculo indio”: solo hacen falta un palo que emita sombra y una cuerda para trazar una línea en dirección este-oeste empleando este sencillo sistema.
Sin embargo, es probable que esta explicación caiga en la trampa de aplicar nuestra actual visión del mundo a una época en que los conocimientos y maneras de actuar eran, con toda probabilidad, muy distintos. Por eso, otros expertos se decantan por una explicación más plausible vinculada con la astronomía.
El último estudio al respecto desveló que dos estrellas de la constelación de la Osa Mayor podrían ser la clave. Utilizando un antiguo instrumento llamado merjet (una especie de reloj basado en la posición de los astros en el firmamente), los egipcios podrían haber hallado el norte con relativa facilidad, pues este par de estrellas es visible durante toda la noche.
De ser así, se entendería no solo la sorprendente alineación de las pirámides, sino también la de otras construcciones de la misma civilización que también destacan por su complejidad.
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