EN 15 AÑOS, UNO DE CADA CUATRO JÓVENES ESPAÑOLES TENDRÁ TRASTORNOS POR ESTA CAUSA
La pobreza infantil genera adultos con problemas de desarrollo mental
Un estudio cerebral prueba que situaciones de estrés crónico relativas al ingreso económico familiar a edades tempranas tiene dramáticas consecuencias al alcanzarse la edad adulta: los casos estudiados reflejan adultos con falta de control sobre emociones diversas localizadas en el cortex prefrontal del cerebro.
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Los niños siempre son el eslabón débil de la cadena, pero no sólo en cuanto a su capacidad de defenderse o valerse por sí mismos, sino también en lo referente a su desarrollo cerebral. Así, situaciones que a los adultos pueden generarles cuadros de estrés o noches de insomnio, en niños pueden tener consecuencias mucho más severas porque modificarán su carácter de forma irreversible.
Así lo demuestra un reciente estudio dirigido por la investigadora Pilyoung Kim, directora del laboratorio de neurociencia familiar e infantil del departamento de psicología de la Universidad de Denver. Según sus conclusiones, las situaciones de estrés producidas por los bajos ingresos de la unidad familiar en edades de desarrollo intelectual como los 9 años de edad provocan la inhabilitación de determinadas áreas cerebrales quince años después.
La investigación, publicada en PNAS, se ha basado en practicar medio centenar de resonancias magnéticas que han mostrado una reducción de la actividad ventrolateral y dorsolateral en el córtex prefrontal del cerebro, área en la que se concentra la función de control emocional y desarrollo empático de los seres humanos.
Según el estudio, los efectos de esos menores con 24 años de edad serán perceptibles con consecuencias físicas: irritabilidad, falta de constancia y disciplina, búsqueda de satisfacción a corto plazo sin desarrollo vital estratégico, carencias a la hora de tener en cuenta elementos o referencias que no estén presentes en ese momento ante el sujeto o falta completa de inhibición a la hora de conseguir objetivos concretos.
Aunque pueda percibirse como un problema lejano propio de países subdesarrollados, la crisis en España hace que este trastorno pueda condicionar el desarrollo de toda una generación futura. No en vano, según el último informe elaborado al respecto por UNICEF, los niños son por primera vez en nuestro país el colectivo más vulnerable a la pobreza.
En concreto, a finales de 2012 había en España 2,2 millones de niños viviendo por debajo del umbral de la pobreza, lo que implica que un 26,2% de los niños españoles puedan ser considerados pobres actualmente, con un 29.8% de niños en riesgo actual de pobreza o exclusión social. Por si todo lo anterior fuera poco, entre 2007 y 2010 se dobló el número de hogares con niños con todos sus miembros adultos sin trabajo, siendo de 714.000 en 2010.
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