FENÓMENO METEOROLÓGICO
Determinan la edad y el origen de la Gran Mancha Roja de Júpiter
Esta, que en 1879 tenía un tamaño de 39.000 kilómetros en su eje más largo, ha ido contrayéndose a la vez que se ha redondeado.
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Investigadores de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), Universitat Politècnica de Catalunya-BarcelonaTech (UPC) y del Centro Nacional de Supercomputación (CNS-BSC) han determinado la edad y el origen de la Gran Mancha Roja de Júpiter, un fenómeno meteorológico en la atmósfera de este planeta gigante gaseoso.
El trabajo, publicado por la revista Geophysical Research Letters, de la American Geophysical Union, se ha basado en analizar observaciones históricas desde el siglo XVII y desarrollar modelos numéricos que explican su longevidad y naturaleza, según ha informado la UPV/EHU en un comunicado.
La Gran Mancha Roja de Júpiter (conocida como GRS por sus siglas en inglés, Great Red Spot), es "un icono popular" entre los objetos del Sistema Solar y está estructurada como un "gran remolino anticiclónico" por cuya periferia circulan vientos a 450 km/h.
Su gran tamaño (actualmente tiene el diámetro de la Tierra) y el contraste de su color rojizo frente a las nubes pálidas del planeta, hace que sea un objeto visible incluso con pequeños telescopios.
Según se detalla en la nota, es el vórtice más grande y longevo de todos los existentes en las atmósferas de los planetas del Sistema Solar, pero su edad y el mecanismo que dio origen a su formación es objeto de debate.
Ya en 1665, el astrónomo Giovanni Domenico Cassini descubrió en sus primeras observaciones telescópicas un óvalo oscuro en la misma latitud que la GRS, que también fue observado por otros astrónomos hasta 1713.
Posteriormente se perdió su rastro durante 118 años y en 1831 y en años posteriores se observó de nuevo ya hasta nuestros días.
El catedrático de Física de la UPV/EHU, Agustín Sánchez Lavega, quien ha liderado la investigación, ha explicado que tras analizar "medidas, tamaños y movimientos" creen "altamente improbable" que la actual GRS fuera observada por Cassini y que, por tanto, consideran que la Mancha Roja "tiene una longevidad de 190 años".
La Mancha Roja, que en 1879 tenía un tamaño de 39.000 kilómetros en su eje más largo, ha ido contrayéndose a la vez que se ha redondeado, hasta alcanzar actualmente unos 14.000 km.
Sánchez Lavega ha destacado que recientemente diferentes instrumentos a bordo de la misión Juno, en órbita alrededor de Júpiter, han mostrado que la GRS es poco profunda y delgada cuando se compara con su tamaño horizontal, pues verticalmente se extiende unos 500 kilómetros.
Este "inmenso torbellino", en el que dominan intensas corrientes de viento, ha sido analizado también en "superordenadores" españoles para determinar su origen.
Tras rechazar la posibilidad de que se creara en la erupción de una "gigantesca supertormenta" o de la fusión de múltiples vórtices más pequeños engendrados por la cizalla del viento, los resultados de los trabajos apuntan a la generación de la GRS a partir de una conocida inestabilidad en los vientos que, en opinión de los investigadores, es capaz de engendrar una célula alargada que los encierra y atrapa.
Dicha célula sería una proto-GRS, una Mancha Roja naciente, cuyo posterior encogimiento daría lugar a la GRS compacta y rápidamente rotante que se observa a finales del siglo XIX.
La UPV/EHU avanza que las futuras investigaciones estarán encaminadas a intentar reproducir el encogimiento de la GRS en el tiempo para conocer con más detalle los mecanismos físicos que subyacen a su sostenimiento en el tiempo.
También intentarán pronosticar si la GRS se desintegrará y desaparecerá al alcanzar un tamaño límite, como pudo pasarle a la PS de Cassini, o bien si se estabilizará en un tamaño límite en el cual pueda perdurar durante muchos más años.
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