RESONANCIAS MAGNÉTICAS
Las diferencias en el cerebro de personas con autismo se podría ver desde el útero
Es la conclusión de un reciente estudio de la Universidad de Harvard, que utilizó escáner cerebral en embarazadas.
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Actualmente, en España, hay cerca de 450.000 personasdiagnosticadas con Trastorno del Espectro Autista (TEA). Se trata de un trastorno de origen neurobiológico que afecta a la configuración del sistema nervioso y al funcionamiento cerebral. Esto produce dificultades en dos áreas principalmente: la comunicación e interacción social y la flexibilidad del pensamiento y de la conducta. Pese a que los científicos llevan estudiando este trastorno décadas, sus causas aún se desconocen.
Son muchos los factores que contribuyen al autismo y todos ellos se conectan. Debido a esto, la realidad es que no hay dos personas con TEA exactamente iguales. Se habla de genética, de interacciones entre los genes y el ambiente y de otras causas biológicas como problemas con las conexiones cerebrales, problemas de crecimiento o crecimiento excesivo en ciertas áreas del cerebro y problemas metabólicos o inmunológicos.
Lo que sí sorprende es la distribución poblacional. De acuerdo con la Confederación Autismo España, más del 75 % de las personas diagnosticadas con TEA, son menores de 21 años. De ellos 3 de cada 4 tienen entre 0 y 19 años y de ellos la mitad tienen entre 5 y 14 años. Lo sorprendente es que de toda la población con TEA, apenas el 1% tiene más de 50 años.
Debido a que se trata de un trastorno complejo del neurodesarrollo, puede causar desafíos en la comunicación, el procesamiento cognitivo, la conciencia emocional y la percepción. Si bien se ha demostrado que el tratamiento temprano mejora el lenguaje y las habilidades cognitivas (nuestro cerebro se sigue consolidando y es mucho más flexible a esta edad), las herramientas de diagnóstico actuales solo pueden identificar el trastorno alrededor de los 18 meses de edad. O al menos así era hasta ahora.
Un nuevo estudio, publicado en Experimental Biology, utilizó escáneres cerebrales prenatales para intentar hallar claves que permitieran realizar un diagnóstico temprano. Los resultados revelaron diferencias significativas en las estructuras cerebrales alrededor de las 25 semanas de gestación entre quienes luego fueron diagnosticados con TEA y los que no.
Para averiguar si los escáneres cerebrales tomados prenatalmente podrían ayudar a identificar signos de TEA, el equipo de Ortug analizó retrospectivamente 39 escáneres cerebrales de resonancia magnética fetal tomados en el Boston Children's Hospital. Nueve de los niños fueron posteriormente diagnosticados con TEA.
A continuación, los autores utilizaron un método de etiquetado anatómico automatizado para comparar las regiones cerebrales entre los diferentes grupos. Las mayores diferencias se encontraron en el lóbulo insular del cerebro, que tenía un volumen significativamente mayor en el grupo con TEA en comparación con los otros tres grupos de control. La ínsula es una región en lo profundo del cerebro que se cree que tiene un papel en la conciencia perceptiva, el comportamiento social y la toma de decisiones, entre otras funciones.
"La detección temprana significa un mejor tratamiento – explica Alpen Ortug, de la Escuela de Medicina de Harvard y líder del estudio –. Nuestros resultados sugieren que un mayor volumen del lóbulo insular puede ser un importante biomarcador de resonancia magnética prenatal que podría predecir la aparición de TEA más adelante en la vida".
Los hallazgos se alinean con otros estudios recientes que informaron cambios en la corteza insular en adultos con autismo y sugieren que estas diferencias pueden comenzar en el útero. Los investigadores también encontraron que las exploraciones de los niños con TEA mostraban una amígdala y una comisura del hipocampo significativamente más grandes en comparación con aquellos que tenían otras afecciones de salud, pero no TEA.
"Dado que muchos factores genéticos y ambientales podrían afectar la aparición del TEA a partir de las etapas fetales – concluye Ortug –, es ideal identificar la firma más temprana de anomalías cerebrales en posibles pacientes con este trastorno. Hasta donde sabemos, este es el primer intento de segmentar semiautomáticamente las regiones del cerebro en la etapa prenatal en pacientes a los que se les diagnostica TEA más tarde y comparar diferentes grupos de controles".
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