SOLO PUEDE QUEDAR UNO
Los bebés entienden la ley del más fuerte y se sorprenden si no se cumple
Un estudio revela que los bebés de 17 meses ya esperan que los niños más dominantes obtengan más juguetes y otros recursos
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La ley del más fuerte, la ley de la selva, el pez grande se come al pez chico… Existen muchas formas de referirse a esa situación en la que los individuos más dominantes son los que terminan obteniendo más recursos, algo que, según un reciente estudio, tienen claro los niños incluso antes de cumplir los dos años.
Un equipo de psicólogas de varias universidades de EEUU ha mostrado que los bebés de poco más de un año ya entienden que los más fuertes se van a llevar más juguetes y, de hecho, se sorprenden si no es así.
Investigaciones anteriores ya habían mostrado que durante el primer año de vida los bebés empiezan a entender las estructuras sociales, es decir, que empiezan a comprender que algunos individuos son dominantes sobre otros. Sin embargo, las investigadoras se preguntaban cómo afecta esa información a sus expectativas sobre el reparto de recursos.
“Lo que hemos hecho ha sido investigar si las expectativas de los bebés sobre la distribución de recursos pueden ser moduladas por la información sobre la estructura de dominación entre los destinatarios”, explican las autoras en el estudio, que ha sido publicado en la revista Cognition.
Para ello diseñaron un experimento en el que se mostraba a los niños una serie de videos con dos marionetas que interactuaban entre ellas y a las que se les repartían unas piezas de Lego. Las investigadoras medían entonces el nivel de sorpresa de los bebés cuando se repartían las piezas entre las marionetas de distintas formas.
La forma de cuantificar el nivel de sorpresa de un bebé es medir el tiempo que permanece mirando a la pantalla después de que tenga lugar una acción determinada, de forma que mientras más tiempo mira se entiende que dicha acción le ha sorprendido más.
En el primer escenario las marionetas no mostraban diferencias de dominancia, sino que se comportaban como iguales. En este caso las investigadoras observaron que los pequeños se sorprendían si el reparto de las piezas de lego no era equitativo entre las dos marionetas. En promedio se quedaban mirando durante 6 segundos más a la pantalla si no se le daban las mismas piezas a ambos.
En el segundo escenario, las investigadoras también ofrecieron información sobre la dominación social, ya que las marionetas peleaban por sentarse en una silla y una de ellas salía victoriosa. En este caso, se observó no solo que a los bebés no les sorprendía que el más dominante recibiera más piezas de lego, sino que sí que se sorprendían si el reparto era equitativo, quedándose mirando a la pantalla durante 8 segundos más.
Las investigadoras concluyen que “juntos, estos hallazgos sugieren que los bebés esperan que los recursos se alineen con las estructuras de dominancia social”. O, en otras palabras, que en el mundo de los bebés no hay más ley que la del más fuerte.
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