LA AUTÉNTICA BABEL
Bienvenido a la extraordinaria isla con 500 habitantes en la que se hablan 10 idiomas
Se trata de una pequeña comunidad de una isla situada en la costa norte de Australia, donde existen hasta nueve lenguas indígenas distintas: desde el Mmawng hasta el bininj kunwok, pasando por el yolngu-matha, el burarra, el ndjébbana y el Iiwaidja.
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Se trata de un fenómeno remoto y que asocia la pertenencia a un determinado clan con el lenguaje que se emplea. Ocurre en la comunidad warruwi, que habita en la isla South Goulburn, situada en la costa norte de Australia. Con una población de apenas unos cientos de personas, los habitantes de esta región entienden hasta nueve idiomas distintos. Ninguno de ellos te resultará familiar, salvo el inglés, puesto que son lenguas indígenas. Hablamos del mawng, el bininj kunwok, el yolngu-matha, el burarra, el ndjébbana, el na-kara, el kunbarlang, el iwaidja y el criollo del estrecho de Torres.
A excepción del inglés, como es obvio, ninguno de estos idiomas es hablado por más de unos pocos miles de personas. Es más, en algunos casos son solo unos cientos de personas en el mundo las que hablan en ndjébbana o en mawng. Es decir, no se trata una comunidad políglota, en la que todo el mundo pueda expresarse en el idioma que le venga en gana cuando le apetezca. Solo hablan su propio idioma o idiomas, pese a que pueden entender el resto.
Es lo que se conoce como multilingüismo receptivo, algo que ocurre en todos los lugares del mundo donde conviven dos idiomas o más idiomas. Sin ir más lejos, en algunos estados de Estados Unidos que limitan con México, son muchos los que pueden leer y comprender el castellano. Eso sí, en este caso es distinto, cómo ha logrado descubrir la lingüista Ruth Singer, que pertenece al Wellsprings of Linguistic Diversity Project de la Universidad Nacional de Australia.
En el artículo que ha publicado recientemente en la revista 'Language & Communication', explica cómo todas las personas de la comunidad warruwi evitan el cambio a un idioma compartido porque trae consigo ciertos costes sociales y personales. Algunas familias de la isla insisten en que sus hijos solo hablan su idioma, generalmente el de su padre. Esto ocurre porque las distintas lenguas se asocian con partes concretas de tierra o del territorio de la isla, y los clanes reclaman la propiedad de esa tierra, por lo que los idiomas también se consideran propiedad de los clanes. Uno solo puede hablar los idiomas que tiene derecho a hablar, y romper esta restricción podría entenderse como una amenaza.
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