¿SERÍAN POSIBLES LOS SUPERPODERES DE GOKU?
Bola de dragón bajo la perspectiva científica
Vamos a acabar con el suspense pronto: no, casi nada de lo que sale en la serie de anime Bola de dragón es científicamente verosímil, al menos con nuestras características. Ahora, si te interesan los detalles, sigue leyendo
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Hay series que marcan épocas y generaciones, y sin duda Bola de dragón es una de ellas. En sus diferentes versiones idiomáticas según dónde nacieras, Son Goku y sus amigos salvaron el mundo durante varias vidas (es lo que tiene el dragón mágico), cargándose por el camino algunos planetas.
¿Sería posible algo de lo que contaba la serie en la vida real, según lo que sabemos de ciencia? No, claro que no. La cuestión es el porqué.
Para empezar, Son Goku tiene rabo de mono. Esto no es posible para un humano porque pertenece a otra especie, aunque en nuestro origen tuviéramos primos comunes. Hay gente, eso sí, que presenta algunos vestigios curiosos, desde sombras de pezones en el abdomen a una protuberancia normalmente cartilaginosa en la rabadilla, como si fuera una pequeña cola, pero nada que ver con una auténtica cola. Y mucho menos, claro, que sea como la de las lagartijas: que se puede arrancar y, al cabo del tiempo, crece de nuevo.
Claro, pero es que Goku y sus hermanos son de origen alienígena aunque tengan apariencia humana. Bajo la premisa del extraterrestre poco se puede decir más allá de que, a día de hoy, no tenemos constancia de forma de vida extraplanetaria alguna, y ya será casualidad que encontremos a alguien ahí fuera y sean físicamente tan parecidos a nosotros.
De hecho la cola en sí era, en la serie, una especie de catalizador para convertirse, con ayuda de la luna llena, en un mono gigante diez veces más poderoso. Aunque ha aparecido reiteradamente en los cuentos y leyendas desde hace siglos, no conocemos ningún caso documentado de licantropía o transformación animal de ningún tipo que exceda lo que muchos provocan los sábados noche. Ni hombres-lobo, ni hombres-araña, ni tampoco hombres-mono. Y menos un mono que multiplica su tamaño: ni nuestros tejidos ni nuestros huesos son así de flexibles, ni pueden crecer y menguar nuestros dientes o nuestro pelo, y mucho menos por influencia de la luna.
Otro punto, quizá el más importante, es el de la fuerza. Hay gente muy fuerte en este mundo, capaz de correr grandes distancias, escalar a pulso grandes montañas o levantar muchísimo peso... pero tienen un tono muscular acorde a eso, mantenido con entrenamiento y alimentación determinadas. Un halterofilista desarrolla enormemente una musculatura muy diferente a la de un atleta. Pero, sin duda, nadie tiene la fuerza de Goku y su gente, ni sería físicamente concebible tenerla de forma muscular... sin tono muscular. Porque Goku, de niño, más bien parecía gordito y pequeño, sin músculo alguno.
¿Pero hay otro tipo de fuerza física que pueda manifestarse más allá de la muscular? En la serie sí, esas 'ondas vitales' que se lanzaban como enormes chorros de energía. Eso existe en el universo: haces de rayos, pero que ni son físicos ni, muchas veces, visibles. De hecho, la radiación cósmica atraviesa planetas y atmósferas sin provocar efectos del estilo de los de la serie. Lo más similar a esto que se ha conseguido es algo parecido a los sables de luz de Star Wars: 'concentrar' y limitar la expansión del sable y darle 'cuerpo' de forma controlada. Ahora, que eso lo produzca la expansión de la fuerza, como que no.
Y claro, si eso no es posible, tampoco es posible generar auras visibles de fuerza, sean del color que sean. Y, volviendo a lo del mono, que se alcance un estado físico diferente, con cambios como el color del pelo y los ojos, mientras un aura dorada nos acompaña.
Tampoco tenemos desarrollos tecnológicos y médicos como los que cuentan: no podemos curar nuestras heridas en segundos comiendo alubias mágicas (existen reconstituyentes, medicinas y vitaminas, pero de efecto más lento y limitado, y habría que ver si nuestro organismo toleraría un acelerante semejante al de la serie), ni hemos conseguido 'envasar al vacío' y reducir de tamaño y peso cualquier estructura, y revertirlo con solo un botón (las famosas cápsula de la empresa familiar de Bulma). Ni magia, claro, del estilo de un bastón de madera (o cualquier otro material) que sea rígido y a la vez se pueda estirar y contraer a voluntad hasta el infinito, como el bastón mágico, o del estilo de una nube inteligente y corpórea sobre la que se puede subir (aunque, dice la serie, sólo si eres puro de corazón)
Uno de los poderes interesantes que adquiere Goku en sus peripecias es la técnica de la teletransportación. Esto, claro, no existe -aunque sea un recurso habitual de la ciencia ficción, eso de descomponer, proyectar y recomponer átomos-, pero sí existe una teoría sobre el espacio-tiempo, la de los agujeros de gusano, que serían 'atajos' entre dos puntos, conectados de alguna forma. Para entenderlo mejor, pliega una servilleta y haz un agujero en ella, despliégala y verás dos puntos: hay una ruta espaciotemporal entre ambos, y un 'pliegue' que ha permitido que hagas ese doble agujero a la vez ¿Era el protagonista de la serie capaz de crear algo de esas características que sólo le afectara a él, con sólo desearlo y sin consecuencias físicas? Bueno...
Algo que no sólo era cosa de Goku y otros alienígenas, sino también de los humanos de la serie (mucho menos fuertes, aunque imposibles en cualquier caso) era lo de volar. Si de los elfos ya dijimos que era físicamente imposible caminar sobre la nieve sin que esta adquiriera resistencia por presión o acción del hielo, imagínate volar. Los animales e insectos que conocemos que vuelan lo hacen porque baten sus alas para elevarse, tienen cuerpos proporcionalmente muy livianos, son aerodinámicos y, además, aprovechan corrientes de aire. Los ingenios voladores que hemos creado emulan algunas de estas características añadiendo propulsión de distintos tipos... pero nosotros no tenemos nada de eso, ni tampoco capacidad para invertir las fuerzas gravitatorias.
Y lo último, lo mejor de todo, poder resucitar. Desde la Biblia hasta los vampiros, siempre ha sido un ideal poder vencer a la muerte. Pero la muerte no es más que el final de las funciones cerebrales que mantienen nuestro cuerpo, muchas veces por la decadencia de éste, o porque deja de tener alimento (oxígeno, sangre), y otras causas del estilo. Por no hablar de morir tras sufrir politraumatismos, evisceraciones o trepanaciones, como muchos personajes de la serie. Eso ya no es resucitar, es un paso completo por el taller que no somos capaces de hacer ni siquiera con un teléfono móvil cuando se cae... como para hacerlo con cuerpos reales.
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