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UN GRAN AVANCE MINÚSCULO

La casa más pequeña del mundo la ha construido un robot (y no cabe ni una mosca)

Un grupo de investigadores ha desarrollado una técnica para construir a escala nanométrica que abre la puerta al desarrollo de sensores diminutos que podrían insertarse, por ejemplo, en nuestras venas.

Supondrá un gran avance tanto para la robótica como para la investigación en dispositivos ópticos

Supondrá un gran avance tanto para la robótica como para la investigación en dispositivos ópticos FEMTO-ST Institute

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Ni es un apartamento precario en el barrio de moda de alguna gran ciudad ni tan siquiera la ha construido un grupo de albañiles: la casa más pequeña del mundo ha salido de un laboratorio y la han montado unos nanorrobots.

Es tan diminuta que muchísimos insectos no podrían ni pasar por su puerta, pero su importancia va mucho más allá de este hito con tinte arquitectónico. En realidad se trata de la asombrosa demostración de una sofisticada técnica que ha desarrollado un grupo de investigadores del instituto francés FEMTO-ST para fabricar dispositivos a escala nanométrica.

Combinando varias tecnologías, como los cañones de iones o los rayos de electrones, los científicos de este laboratorio han llegado a ser capaces de construir estructuras así de minúsculas en una gran cámara de vacío, fijando los componentes sobre puntas de fibras ópticas gracias a un pilotaje robótico increíblemente preciso.

La posibilidad de instalar sensores miniaturizados sobre las puntas de fibras ópticas, que son tan delgadas como un cabello humano, hará posible insertarlos en lugares hasta ahora inaccesibles para los dispositivos de monitorización, como los motores a reacción o los vasos sanguíneos, permitiendo medir variables como los niveles de radiación o la presencia de moléculas víricas.

Un avance que será de gran importancia tanto para la robótica como para la investigación en dispositivos ópticos, pero que no se va a quedar ahí. Los investigadores seguirán perfeccionando su tecnología para construir estructuras todavía más pequeñas y tratar de fijarlas sobre nanotubos de carbono, que solo tienen entre 20 y 100 nanómetros de diámetro.

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