LA SIMPATÍA TAMBIÉN TIENE SU ATRACTIVO
A las chicas les gustan los 'malotes': ¿qué dice la ciencia sobre el mito?
La creencia popular de que las mujeres tienen predilección por los tipos duros ha inspirado, además de películas, diferentes estudios científicos. Sus resultados demuestran que la simpatía también tiene su atractivo.
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De Rhett Butler y James Bond a Edward Cullen y Christian Grey: si hay algo más típico que el ‘chico conoce a chica’ de las películas americanas, es la actitud del chico que las protagoniza. Los hombres de mirada penetrante que interpretan el papel de ‘malote’ hollywoodiense en estos film han sabido seducir a la perfección tanto a las divas de la pantalla como a las espectadoras.
La tendencia a incluir un gamberro atractivo en las historias de amor es recurrente en el cine, pero ¿qué hay de la vida real? ¿Refleja el patrón seguido por los cineastas la realidad de los gustos femeninos?
Para responder a estas preguntas, aparte de echar un vistazo a nuestro alrededor, podemos recurrir a la ciencia. Los autores de diferentes estudios han aportado pruebas útiles basadas en observaciones que no solo incluyen a vecinos y amigos.
Uno de estos trabajos, publicado a principios de año, indagaba en el concepto de ‘chico malo’. ¿Qué requisitos debe cumplir un hombre para formar parte del selecto club? Según los participantes en esta investigación, una vida insana ayuda: algunos de los que colaboraron en los ensayos se sentían más atractivos si fumaban o bebían.
Pero más allá de estas percepciones, que ningún estudio ha corroborado, otros expertos han preguntado a las verdaderas protagonistas del mito: las mujeres.
Una de las estrategias para estudiar sus gustos, sin aludir directamente a la experiencia propia, consiste precisamente en darles un guion y pedirles que se metan en la piel de la actriz para elegir a su pretendiente. Así lo hicieron un par de psicólogos estadounidenses que concluyeron que “la simpatía es el factor más destacado cuando buscan una relación seria, mientras que el atractivo físico cobra importancia en lo que respecta a aventuras esporádicas o sexuales”.
Otra aproximación se basa en poner a prueba a las participantes. Por ejemplo, enseñándoles una serie de perfiles masculinos que incluyen individuos que se consideran altruistas y otros que no. En estas condiciones, las chicas prefieren al bueno, un resultado similar al que obtuvieron otros investigadores al preguntarles a un grupo de féminas si les gustaban los hombres dominantes −la respuesta fue negativa−.
Mostrarse simpático, de hecho, puede aumentar el atractivo de los chicos. Rasgos como la amabilidad, cercanía y los buenos modales hacen a un hombre más deseable e incluso más atractivo físicamente. Y, según los estudios que sugieren esta pauta, la opinión masculina coincide con la femenina.
Sin embargo, por muchas papeletas que tengan los buenos, no podemos desterrar el ‘efecto malote’ porque las evidencias demuestran que, como reflejan los cineastas, existe. Aunque el interés que despiertan no tiene nada que ver con la maldad ni las malas costumbres (ni tabaco ni alcohol), sino que deriva de su condición de narcisistas. Es decir, quienes se dan mucha importancia y se consideran superiores, se molestan más en cuidar su aspecto y en parecer más interesantes.
Los estudios confirman que al principio esas personas pueden resultar agradables y simpáticas, pero con el tiempo los que les rodean se dan cuenta de la falta de cercanía y la soberbia que desprenden. Además, les cuesta mantener una relación duradera.
El contexto, valores y personalidad de cada individuo, así como las experiencias sentimentales que haya tenido anteriormente o incluso los niveles de ciertas hormonas en su cuerpo pueden influir en las malas elecciones que llevan a veces, tanto a hombres como a mujeres, a terminar con la persona equivocada.
Por suerte o por desgracia, los mitos siempre tienen algo de verdad. Pero seguramente la simpatía aumente más tus posibilidades con las chicas que una mirada a lo Cullen o un cigarrillo entre los labios.
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