UN TRUCO FUNDAMENTAL
Cómo enfriar cervezas usando la ciencia
El terror de todo anfitrión: tienes visita y no tienes cerveza fría. Tranquilo, ¡la ciencia viene al rescate!
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Hay un par de trucos que harán que tus cervezas estén fresquitas en menos tiempo del habitual. El más rápido es preparar un recipiente con agua, añadir sal y después hielo. El motivo: la sal hace que el punto de congelación del agua disminuya, pudiendo tener agua líquida a temperaturas negativas.
Si nos falta el hielo, la sal o el recipiente podemos usar otro truco algo menos aparatoso. Para ello tenemos que envolver nuestra cerveza en servilletas de papel, mojarla y meterla al congelador.
En ambos casos interviene el agua porque su capacidad calorífica es mayor que la del aire. Esto quiere decir que para cambiar la temperatura de un gramo de agua un grado necesitas más energía que para hacerlo con el aire... ¿y de dónde sale esta energía? ¡del calor de la cerveza!
A ver si va a ser el combustible del futuro...
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