¿Cómo te reconoces a ti mismo en una foto?

Cada vez que ves una fotografía, tu cerebro se hace una pregunta: ¿salgo yo? De encontrar la respuesta lo más rápido posible se ocupa principalmente el lado derecho del cerebro, tal y como sacaba a relucir hace unos años un estudio en la revista 'Nature'.

En la primera parte de la investigación, Julian Keenan y su equipo del centro médico Beth Israel Deaconess de Harvard trabajaron con cinco pacientes que se sometían a un test preoperatorio para una cirugía cerebral para tratar la epilepsia.

Durante el test, cada hemisferio se anestesiaba tres minutos para que los cirujanos evaluaran cuál dominaba para el lenguaje y la memoria. Keenan preparó imágenes en que fusionaba la cara del paciente con la de un personaje famoso, concretamente Bill Clinton o Albert Einstein para los chicos, y la Princesa Diana y Marilyn Monroe en la féminas.

De este modo comprobó que cuando se anestesiaba el hemisferio izquierdo de los pacientes, el lado derecho reconocía en la foto su propia cara. Pero cuando el lado del cerebro silenciado por la anestesia era el derecho, el 80% de los pacientes sólo veía el rostro del famoso en la imagen.

En un segundo experimento, diez personas sanas vieron imágenes combinadas de rostros famosos tanto con el suyo propio como con el de compañeros de trabajo. Y con ayuda de estimulación magnética transcraneal se comprobó que la actividad del cerebro derecho, sobre todo de la parte frontal, era mayor cuando ellos aparecían en la imagen.

"Los humanos y los grandes simios -chimpancés, orangutanes y algunos gorilas- son las únicas especies que se reconocen a sí mismas en un espejo", explica Keenan, que lleva estudiando este fenómeno varios años. "Y reconocer nuestro rostro requiere inevitablemente conocernos a nosotros mismos, autoconsciente", añade.

Si anestesiando el cerebro derecho impedimos que nuestro cerebro nos identifique en una fotografía es evidente que su papel en el autorreconocimiento es esencial. Tanto que todos los adultos responden más rápido a su propia cara que a la de ninguna otra persona, y todo apunta a que se trata de un mecanismo que a nivel social nos resulta ventajoso.

Por otro lado, que una vez que nos detectamos en una foto protestemos por ser "poco fotogénicos" también tiene su explicación, Un estudio publicado en la revista 'i-Perception' revelaba que archivamos la imagen de nuestro rostro más bella de la realidad. Sobre todo, dicen los investigadores, solemos pensar que tenemos los ojos y la boca más grandes de lo que realmente son.