LOS MISTERIOS DEL CEREBRO
Cuando te anestesian, no estás tan dormido como parece
Un nuevo estudio ha sugerido que algunas partes de tu cerebro pueden procesar sensaciones del entorno, incluso si el paciente no recuerda nada al despertar.
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La anestesia es una parte fundamental para la cirugía moderna. Hace que haya ausencia temporal de la sensibilidad de una zona del cuerpo o de su totalidad dependiendo de la operación a la que nos sometamos.
Sin embargo, según un último descubrimiento, parece que no estamos tan dormidos como creemos. Un grupo de investigadores de la Universidad de Turku en Finlandia ha determinado que, con algunos anestésicos generales, ciertas partes del cerebro son capaces de advertir lo que ocurre a nuestro alrededor, aunque luego al despertar no se recuerde nada.
Así vieron que la falta de respuesta no siempre equivale a una inconsciencia total, “ya que uno puede tener experiencias conscientes sin capacidad de respuesta conductual”, explica los investigadores en su informe. Sin embargo, todavía es complicado determinar en qué nivel.
Aunque la anestesia es algo que se lleva utilizando desde hace casi dos siglos, lo que todavía se desconoce en gran parte es cómo funciona nuestro cerebro y especialmente la consciencia.
Para el experimento suministraron a los 47 voluntarios uno de los dos anestésicos testados, dexmedetomidina o propofol (mucho más fuerte), y se registró su actividad. Ambos provocaron falta de respuesta, aunque con una actividad cerebral diferente.
Cuando a los participantes anestesiados escuchaban canciones o frases incompletas, a los que se les había suministrado dexmedetomidina trataban de encontrarle sentido. Por el contrario, aquellos con los que se había utilizado propofol no mostraban ningún cambio en sus ondas cerebrales.
Sin embargo, no ocurría lo mismo cuando recibían un apretón de manos o escuchaban un fuerte golpe. En ambos casos, más o menos la mitad de los participantes se despertaban y lo recordaban aunque de manera un poco confusa y casi todos mezclaban sueños con la realidad en sus relatos.
De este modo, se demostraba que, coincidiendo con otros trabajos previos, tras la anestesia y aunque estemos dormidos y no sintamos dolor, en ocasiones hay partes de nuestro cerebro que siguen alerta.
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