PROGRESOS A VELOCIDAD DE LA LUZ
Cuatro trucos para aumentar tu productividad de forma inmediata
Si la vuelta de las vacaciones está siendo especialmente dura, deberías poner en práctica estos consejos y salir de tu improductivo letargo navideño.
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No eres el único: a todos se nos está haciendo dura la vuelta a la rutina y al tedioso trabajo después de las entrañables vacaciones navideñas. Sin embargo, puedes hacer pequeños –y baratos– cambios en tu entorno laboral para dejar de ser una lacra en la cadena de producción y aumentar de una vez por todas tu capacidad de concentración.
Si sigues estos consejos evitarás esas comunes y numerosas distracciones responsables de que parezca que tu segundero tarda horas en marcar el paso de un nuevo minuto.
1. Enciende una lamparita
Seguramente si te pedimos que visualices un entorno de trabajo organizado, productivo y eficaz, te venga a la cabeza una empresa japonesa. En tal caso, qué menos que hacer caso de un estudio realizado en el el país nipón según el cual incluir una iluminación ambiental directa en nuestra área de trabajo incrementa nuestro nivel de concentración en un 5%, muy por encima del uso compartido de halógenos o luces fluorescentes.
Cuando te hagas con un buen flexo y empieces a notar los efectos positivos de ese foco de ideas, podrás decir aquello de ‘se hizo la luz’.
2. Ponte música (pero no cualquiera)
Si normalmente hay discusiones por la temperatura del aire acondicionado, peores son las que se lían cuando la cosa va de poner música para que la escuche toda la oficina a la vez. Buenas noticias: por fin se acabó la eterna bronca de la que siempre suelen salir escaldados los seguidores de Camela y demás magos de la tecno-rumba, porque la ciencia ha encontrado el género ideal para que todos permanezcáis concentrados en vuestras tareas.
Un grupo de investigadores de la Universidad de Cornell realizó el pasado año un experimento para averiguar cuál es la influencia de la música en el ambiente laboral, llegando a la conclusión de que las personas que trabajaban con música alegre y rítmica –en particular, lo notaron con canciones como 'Walking on sunshine' de Katrina and The Waves, 'Brown eyed girl' de Van Morrison o el 'Yellow submarine', de Los Beatles– eran más propensas a cooperar con los compañeros y a tener un mejor estado de ánimo durante la jornada laboral.
3. Abrígate
¿Te pone nerviosa la gente que siempre tiene una chaquetilla o ropa de abrigo extra y que mantiene perennemente apoyada sobre el respaldo de su asiento? Pues resulta que es una medida de lo más inteligente.
Resulta que las sensaciones térmicas desagradables pueden afectar a la calidad de nuestro trabajo, empeorándolo a pasos agigantados. Para dar veracidad a lo que parece una excusa generalizada que surge contra el frío o el calor de forma indistinta, otro grupo de investigadores japoneses se puso manos a la obra hasta que encontraron que las personas que no están a gusto con la temperatura ambiente tienen bastantes menos probabilidades de finiquitar sus tareas durante la jornada que quienes se sentían cómodos.
Así, tanto estar helados como achicharrarnos puede distraernos y hacernos sentir incómodos, provocándonos esos dolores de cabeza y malestar muscular que siempre se traducen en el clásico pensamiento de ‘me quiero ir a casa’ derivado de las quejas constantes ‘buf, qué frío hace con el aire acondicionado’ o ‘santo Dios, qué calor con el sol dando toda la tarde en la ventana’. Basta de drama y hazte con un arsenal de prendas y accesorios que te ayuden a adaptarte a las condiciones climatológicas.
4. Pon una planta en tu mesa
Espera, que puede que te estés equivocando con esto: cuando decimos 'pon una planta en tu mesa' no hablamos de la clásica recomendación de ‘coloca un cactus junto a la pantalla para que se coma la radiación que emite el ordenador y no te llegue a ti’. Aquello era un mito como la copa de un pino, valga la comparativa vegetal. Sin embargo, algo positivo tenía aquel consejo en términos de productividad.
Al parecer, añadir algo de vegetación a nuestra mesa de trabajo puede ayudarnos a aumentar nuestra capacidad de concentración. Y ojo, que ni siquiera tiene por qué estar viva: según un estudio elaborado por investigadores de Michigan, observar naturaleza –ya sea una bonita planta de interior o una ristra de imágenes 'random' de Google– evita las distracciones durante la jornada laboral y fomenta la productividad. De ahora en adelante, menos gifs de gatitos y más bosques frondosos.
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