REFLEJO DE LA INTELIGENCIA Y HONESTIDAD
Cuidado con la sonrisa: en cada país la ven de forma muy diferente
Una persona sonriente no siempre parece más atractiva, inteligente y competente. Pero cuidado: en muchas culturas puede llegar a significar todo lo contrario.
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En la mayorías de las fotos de grupo que nos hacemos desde pequeños siempre se nos pide que sonriamos. Si en Estados Unidos dicen “cheese”, nosotros decimos “patata”: el caso es siempre esbozar ese gesto en el rostro.
En la mayoría de los países occidentales más desarrollados, los individuos sonrientes se perciben de forma más favorable que los no sonrientes. Son más felices, atractivos y amables, aunque esta conducta no verbal siempre se ha estudiado en este tipo de sociedades, sin importar la influencia de su cultura y su modo de vida en esta actitud. “El mundo sonríe cuando tú sonríes”, como cantaba Louis Amstrong.
Una investigación dirigida por el polaco Kuba Krys y publicada en 'Journal of Nonverbal Behaviour' muestra la forma en que una persona que sonríe puede ser juzgada como menos inteligente que alguien no sonriente en algunos países. Es lo que en psicología de las culturas se conoce como control de la incertidumbre.
Este fenómeno, que se aplica sólo cuando se estudia la sociedad en su conjunto, lo desarrolló en un modelo de estudio Geert Hofstedee y lo define como “la tolerancia de una sociedad ante la incertidumbre y la ambigüedad”.
En este estudio puede estar la respuesta de por qué algunas sociedades no fomentan la sonrisa ocasional. Está el caso, por ejemplo, de los rusos, que no siempre ven la sonrisa como un signo de calidez, sino que a veces lo consideran una falta de respeto o de que, hablando en plata, eres tonto.
Como canta Siniestro Total, la sociedad es la culpable: cuando la protección de los servicios sociales, la atención sanitaria y la seguridad económica y física colocan ese control de la incertidumbre bajo mínimos, sonreír puede ser considerado de estúpidos, teniendo en cuenta que el futuro puede ser impredecible e incontrolable.
El autor sostiene la hipótesis de que la sonrisa en los países más corruptos también es algo mal visto, bien porque se desconfían de las buenas intenciones, bien porque directamente piensan que te van a engañar o vender una moto.
“Sonreír sin razón es signo de estupidez” (proverbio ruso)
Existe un estudio sobre este asunto basado en distintos niveles de corrupción que se llevó a cabo en 2004. En él se usaron dieciséis fotos, ocho con gestos sonrientes y otros con gestos no sonrientes, y se pasó un cuestionario a miles de personas en 44 países diferentes, pidiendo que evaluaran las imágenes en base a criterios de honestidad e inteligencia.
Encontró que en Alemania, Suiza, China y Malasia percibían las caras sonrientes como más inteligentes que las no sonrientes, al contrario que en India, Corea del Sur, Japón y Rusia. En temas de honestidad, en Argentina, Maldivas e India se asoció la sonrisa con falta de honradez.
También se demostró que, aunque el factor económico es importante, hay una fuerte correlación entre lo impredecible que puede ser una sociedad y la probabilidad de que considere la sonrisa como símbolo de inteligencia. Y es que, tal y como señala el autor de la investigación, puede haber otros factores que hagan ver la sonrisa como algo negativo, como la excesiva jerarquía o dominio cultural masculino, tal y como recoge otro estudio publicado en 'Psicothema' en el que participaron investigadores españoles.
Y, hablando de España, seguro que os preguntáis qué dice el estudio de nuestro país... pero lamentamos decir que no estamos incluidos. Así que, sin evidencia científica, podemos dejar a nuestra imaginación vinculaciones entre nuestros niveles de corrupción y nuestra sonrisa. Para muestra, la mítica frase de la Pantoja: “dientes, dientes, que es lo que les j***”.
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