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HAZ CASO A TU RELOJ BIOLÓGICO

Dieta: tan importante como qué comes es cuándo te lo comes

Una reciente investigación confirma que cenar poco antes de irte a la cama puede hacerte ganar peso. Sin embargo, es tu reloj biológico el que marca cuándo es demasiado tarde para comer.

Si cenas cuando tus niveles de melatonina están altos, es posible que engordes

Si cenas cuando tus niveles de melatonina están altos, es posible que engordes Pexels

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Comer demasiado o tener una dieta rica en grasas y azúcares engorda. A nadie le cabe duda a estas alturas de que el tipo de alimentos que se lleva a la boca afectan a su peso y a su estado de salud en general. Sin embargo, un nuevo estudio sugiere que no basta con seleccionar los productos adecuados, sino que, además, hay que planificar bien los horarios de las comidas para mantener a raya a los michelines.

El trabajo, publicado en 'The American Journal of Clinical Nutrition', demuestra que cenar demasiado tarde está asociado a un mayor porcentaje de grasa corporal. Pero también sugiere que estos efectos no dependen de la hora del día, sino que es nuestro reloj biológico el que determina cuándo es demasiado tarde.

Sus autores analizaron los hábitos de alimentación y la hora de acostarse de más de un centenar de jóvenes. Asimismo, tuvieron en cuenta el momento a partir del cual comenzaban a segregar melatonina, la hormona del sueño, que determina los ritmos circadianos -en otras palabras: pone en hora el reloj biológico del organismo-.

Los resultados mostraron que aquellas personas con mayor porcentaje de grasa corporal tomaban la mayoría de sus calorías poco antes de irse a la cama, cuando los niveles de melatonina están altos. Sin embargo, no encontraron una relación directa entre cenar tarde y ganar peso. En realidad, es el momento en que ingieres los alimentos por la noche, de acuerdo a tu reloj biológico, el que influye en cómo le sentarán a tu cuerpo.

Es cierto que el trabajo tiene algunas limitaciones, como que los participantes podrían haber cambiado sus hábitos dietéticos, y hacen falta nuevos estudios para confirmar sus conclusiones. No obstante, según los investigadores, los hallazgos demuestran que cuándo comes es tan importante como qué comes.

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