Dime cómo es tu cerebro y te diré cómo vas a recordar la próxima cena navideña

Hace unos días tuviste la cena navideña de tu empresa, o tal vez una comida con amigos. ¿Te acuerdas mejor de los hecho objetivos o eres más de retener las sensaciones y otros detalles?

Existen dos formas principales de recordar los acontecimientos: hay personas que tienen una potente memoria episódica (emocional y detallada), mientras que en otras prevalece la memoria semántica (de los sucesos).

Aunque estas diferencias a la hora de evocar las experiencias pasadas ya se conocían, un equipo de científicos canadienses ha decidido ir un paso más allá e intentar relacionarlas con características del cerebro. El resultado es un estudio publicado recientemente en ‘Cortex’, donde sugieren que la red de conexiones del cerebro tiene un papel fundamental en el proceso: el patrón de actividad neuronal determina la forma en que recordamos.

Signy Sheldon, autora principal del trabajo, indica que hasta ahora no se habían considerado estas variaciones en los estudios sobre memoria, pese a poder apreciarlas simplemente al comparar los recuerdos que dos personas conservan sobre una misma experiencia.

Dos individuos no tienen por qué recordar igual el mismo suceso

“Nuestro trabajo demuestra que cada esquema memorístico se corresponde con diferencias en el funcionamiento cerebral”, asegura Sheldon. Unos patrones que son únicos de cada individuo.

Para comprobarlo, contaron con la ayuda de 66 voluntarios adultos que completaron un cuestionario online en el que describieron sus recuerdos sobre acontecimientos autobiográficos y otras experiencias vitales. En general, las respuestas podían clasificarse en dos grupos: las pertenecientes a personas con una memoria autobiográfica superior o una memoria autobiográfica deficiente.

Después de terminar la encuesta, hicieron a cada uno de los participantes una resonancia magnética para analizar el mapa de conexiones de su cerebro y compararlo con los resultados anteriores. Se fijaron principalmente en la interacción de los lóbulos temporales con otras regiones, ya que están relacionados con la memoria a largo plazo.

Los científicos observaron que el lóbulo temporal de aquellos individuos que tenían recuerdos autobiográficos muy detallados se conectaba más intensamente con las áreas del cerebro encargadas de procesar los estímulos visuales.

Sin embargo, en aquellos que se acordaban de los sucesos como simples hechos aislados, la misma zona se comunicaba en mayor medida con las áreas de la organización y el razonamiento, localizadas en la parte frontal.

Según los científicos, sus hallazgos dan nuevas pistas sobre la degeneración de la memoria y la demencia propias del envejecimiento, que allanan el camino para otras investigaciones. “Las personas que suelen retener más detalles podrían ser más sensibles a los cambios de la memoria propios de la edad que aquellos que se basan más en los hechos”, ha señalado Brian Levine, otro de los autores del estudio.