SEGÚN UNA NUEVA INVESTIGACIÓN
Si eres feminista, estarás más protegida ante los estereotipos machistas
Los resultados de una nueva investigación sugieren que las feministas son más conscientes de los estereotipos de género subliminales y los rechazan de forma inconsciente.
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Ya en el siglo XVII, el filósofo Poulain de la Barre decía que era tremendamente difícil cambiar los puntos de vista basados en prejuicios y que no existía ninguno “tan antiguo ni tan universal como el que se tiene sobre la diferencia entre los dos sexos”.
A día de hoy, el avance de la lucha feminista ha conseguido que los estereotipos y los prejuicios machistas explícitos sean cada vez más rechazados. Sin embargo, aún persisten formas más sutiles de sexismo, que son más difíciles de reconocer y cuyos efectos son más difíciles de combatir.
A pesar de ello, los resultados de un nuevo estudio publicado en la revista Personality and Social Psychology Bulletin sugieren que no todas las personas son igualmente susceptibles a estos sutiles prejuicios machistas. “La exposición subliminal a los estereotipos de género desencadena resistencia en algunas mujeres”, aseguran los investigadores.
Según los autores de este estudio, las mujeres que están más preparadas para lidiar con los prejuicios inconscientes son las feministas, ya que no solo están más informadas sobre ellos, sino que reaccionan automáticamente para rechazarlos.
“Así como el sistema inmune puede resistir automáticamente un patógeno, algunas mujeres pueden desarrollar mecanismos de resistencia psicológica que funcionan más allá de la conciencia”, explican los investigadores.
Las matemáticas como prejuicio subliminal
Estudios anteriores han mostrado que las formas más sutiles de machismo provocan que las mujeres acepten y asimilen algunos estereotipos sexistas, como adoptar posturas corporales más sumisas o tener un comportamiento más dependiente.
Además, este tipo de sesgos subliminales también pueden tener efectos perniciosos sobre las mujeres, por ejemplo, el asumir que tienen menos aptitudes para ciertas carreras, especialmente las relacionadas con las matemáticas.
En este sentido, diversos estudios han demostrado como estos estereotipos inconscientes hacen que algunos profesores de secundaria tiendan a evaluar peor a las chicas que a los chicos en asignaturas de contenido matemático o que dirijan a las niñas a carreras de ciencias de la vida, en lugar de a ingenierías o carreras tecnológicas.
Este tipo de prejuicios subliminales puede llevar a lo que se conoce com la amenaza del estereotipo, según la cual, un estudiante, ya sea niña o niño, puede obtener peores resultados en un examen si se le dice de antemano que no es bueno en esa materia.
De hecho, según un informe publicado por la OCDE, las niñas afrontan con mayor ansiedad y se sienten más presionadas y peor dotadas que los niños respecto a asignaturas como matemáticas o física, pese a que sus calificaciones suelen ser similares a las de los chicos.
Las feministas se resisten a este prejuicio
Los autores del nuevo estudio utilizaron precisamente este prejuicio sobre las matemáticas para realizar su investigación, ya que uno de los experimentos que realizaron consistía en hacer una prueba de matemáticas, cuyas preguntas eran cada vez más difíciles, hasta terminar con un problema que no tenía solución posible.
Durante la prueba, los investigadores mostraron imágenes a las voluntarias y se les pidió que indicaran si representaban una actividad de ocio o una tarea doméstica. En ocasiones las imágenes mostraban los roles de género tradicionales, lo que reforzaba inconscientemente los estereotipos de género.
Los resultados mostraron que estas imágenes estereotipadas incitaban a las mujeres que se definían feministas y que no se identificaban con los conceptos estereotípicos de mujer a esforzarse más en la prueba, pasando más tiempo en las preguntas difíciles e irresolubles. Es decir, las mujeres feministas lucharon inconscientemente contra la amenaza del estereotipo.
Según los investigadores, “estos hallazgos indican que los miembros de grupos devaluados no necesitan ser conscientes de la amenaza a su identidad social para poder resistirse”, lo que sugiere que hay más posibilidades de luchar contra este tipo de estereotipos de lo que se pensaba anteriormente.
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