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¿Y SI ACABAS EN URGENCIAS?

Los errores que cometes con la ropa interior y que hacen que dé pena

Ni la lavas a la temperatura correcta, ni escoges bien los tejidos ni los colores. Pequeños fallos que hacen que tus prendas íntimas parezcan 'vintage', pero por lo viejas, rotas y amarillentas que las llevas. Aprende a limpiarlas y mantenerlas en buen estado.

Este lo está haciendo mal no, lo siguiente

Este lo está haciendo mal no, lo siguiente Wikipedia

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Seguro que alguna vez habrás escuchado la mítica frase: “cómo vas a ir con esa ropa interior tan desgastada y rota, ¿y si acabas en urgencias y te tiene que atender un médico?”. Está claro que, en lo que a salvarle la vida a una persona se refiere, a los profesionales de la salud les importa más bien poco si luces unas braguitas de encaje o un sostén descosido, pero lo cierto es que podrías dejar de llevar prendas íntimas en tan mal estado si empezases a seguir estos sencillos consejos de higiene que te sueles pasar por alto.

1. La lavas mal

Es importante que los laves con un programa que tenga una temperatura superior a los 60 grados centígrados, la única manera de acabar con los gérmenes que particularmente acumulan estas prendas.

La cuestión es que en cada calzoncillo o cada braga hay, como poco, una décima de gramo de heces. De esta manera, tal y como advierte el profesor de microbiología de la universidad de Arizona Charles Gerba en 'ABC News', cada vez que hacemos una colada de ropa interior “se liberan unos 100 millones de E.coli en el agua y estos pueden transmitirse a la próxima colada”.

Y no, no sirve de nada que uses el detergente más potente y mejor perfumado del mercado: la única manera de acabar con estas bacterias es con agua caliente y a temperaturas altas. Así las eliminarás de tu colada de bragas y calzoncillos y evitarás que puedan traspasarse a otras prendas que laves.

2. Usas la secadora

El calor de la secadora estropea la elasticidad del elástico de la ropa interior haciendo que ceda y termine por quedarte holgada. Es mucho mejor dejar que las bragas, sujetadores y calzoncillos se sequen al sol y no en el interior -otro de los errores comunes- para evitar que cedan antes de tiempo.

3. Escoges el color equivocado

Está claro que en cualquier prenda de color blanco las manchas y residuos se ven con mucha más facilidad. Teniendo en cuenta la cantidad de horas que llevamos la ropa interior pegada a nuestras partes bajas, la cantidad de suciedad que puede acumularse ahí es bastante elevada.

Si en lugar de decantarte por el blanco nuclear -que sabes que acabará adquiriendo un color grisáceo o amarillento- escoges ropa interior en tonos oscuros como el azul marino, gris o negro, las machas pasarán desapercibidas y aguantarán con buena presencia durante más tiempo. Un sencillo consejo para no tener que reemplazar tu ropa interior tan a menudo.

4. Vuelta y vuelta

Reciclar y reutilizar las cosas está genial, pero no en lo relativo a tu ropa interior. Aunque te consideres una de las personas más aseadas del planeta, después de llevarlos durante toda la jornada, tus calzoncillos o braguitas contienen restos de fluidos corporales, gérmenes y los mencionados residuos de heces. Así que nada de usarlos más de una vez si no quieres exponerte al riesgo de coger una infección o alergia cutánea inesperada.

5. Tejidos inadecuados

Son muchas las personas que se decantan por usar ropa interior fabricada con lycra o elastano, una fibra sintética conocida por su elasticidad excepcional y su durabilidad... pero también por su alta capacidad para atrapar el sudor y coger malos olores.

Los expertos advierten que las prendas íntimas fabricadas con microfibras absorben más la humedad lo que podría derivar en infecciones y en un cúmulo de olores desagradables, especialmente en días calurosos o cuando hacemos deporte. Algodón 100% será siempre la mejor opción.

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