LA DIGESTIÓN PESADA NO ES CULPA DE LA CERVEZA
Un estudio español derriba el mito de que beber cerveza nos da gases
La investigación confirma que el consumo moderado no provoca un aumento de trastornos gastrointestinales o de sensibilidad gástrica, que puedan causar alteraciones en la digestión.
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En muchas ocasiones, por uno u otro motivo, tendemos a asociar el consumo de cerveza con una digestión pesada o con el aumento de los gases en el estómago. Pues bien, un reciente estudio liderado por Enrique Rey Díaz-Rubio, jefe del Servicio de Aparato Digestivo del Hospital Universitario Clínico San Carlos de Madrid, ha demostrado que el consumo moderado de bebidas fermentadas no aumenta la posibilidad de sufrir estos episodios en quienes no padecen ningún problema de salud.
Este estudio tenía como objetivo analizar esa creencia tan extendida de que la ingesta de cerveza se asocia a síntomas digestivos como acidez, regurgitación o saciedad precoz. Pues bien, todo ellos han quedado descartados a partir de esta investigación, que ha analizado el comportamiento en un grupo de adultos sanos que no presentaban ninguna enfermedad por reflujo gastroesofágico ni problemas en el aparato digestivo. Los resultados han dejado claros que la cerveza, al contrario de lo que podría pensarse por ser una bebida procedente de la fermentación de sus ingredientes, no altera el reflujo gaseoso ni modifica la acomodación del estómago después de las comidas, produciendo molestias o digestiones más pesadas de lo habitual.
“A la luz de los resultados del estudio, en una situación real, la cerveza no parece promover los síntomas dispépticos, aquellos que provocan una digestión pesada y de reflujo cuando es consumida de forma moderada, es decir, 2 cañas al día para los hombres y 1 para las mujeres”, explicaba el doctor Enrique Rey en la conferencia de presentación del estudio, en el marco de las XXXIII Jornadas de la Sociedad del Aparato Digestivo de la Región de Murcia.
En España se consumen una media de 48 litros al año, lejos de la media europea, que se sitúa en torno a los 70 litros anuales. Este estudio confirma lo que ya apuntaban otros trabajos científicos que han salido a la luz en los últimos meses, que apuntaban los beneficios de la cerveza. Así, más allá de ser una fuente de calcio, de ciertas vitaminas y de antioxidantes, una investigación reciente también ha señalado que su consumo reduce el riesgo de las infecciones generadas por la bacteria ‘Helicobacter pylori’, que se encuentra en el epitelio gástrico de nuestro organismo.
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