ESTUDIO DE LA ESCUELA DE NEGOCIOS DE HARVARD
Evitar un trabajador 'tóxico' es mucho más rentable que contratar un trabajador estrella
Un estudio de la escuela de Negocios de Harvard demuestra que las compañías ahorran más del doble evitando a personas tóxicas que contratando a 'trabajadores 10'.
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¿Quién no ha tenido un compañero empeñado en tirar por tierra el trabajo de otros, o un jefe que no para de hostigar y presionar a sus empleados? Los trabajadores tóxicos amargan al resto de trabajadores, pero eso no es todo: también salen caros, muy caros, a las empresas.
Según un estudio realizado por investigadores de la Escuela de Negocios de Harvard, evitar o despedir a una persona tóxica puede hacer que una empresa ahorre el doble de dinero que si contrata a un trabajador "estrella" o a un "pope" de su especialidad. "La mayor parte de los esfuerzos en la organización y gestión de los recursos humanos se centra en lo que yo llamo 'valores atípicos' positivos", explica Dylan Menor, uno de los autores del artículo. "Por otro lado, en todas las empresas sucede también el caso opuesto, es decir, un trabajador que en lugar de contribuir a aumentar el rendimiento, lo disminuye de una u otra manera", añade.
Revisando la literatura relacionada, Minor descubrió que se sabe muy poco sobre estos trabajadores, su productividad o el efecto que tienen sobre las empresas o sobre sus compañeros. Por ello, tomando los datos de cerca de 60.000 trabajadores en 11 empresas diferentes, los investigadores realizaron un análisis económico que reveló que, mientras que "fichar" a un trabajador estrella proporciona a las compañías un ahorro en costes de en torno a 5.303 dólares (unos 4.900 euros), evitar a uno tóxico supone un ahorro de 12.489 dólares (unos 11.540 euros).
Con el término “tóxico”, los autores del estudio se refieren a personas con una especial habilidad para hacer daño a otras y, por otro lado, con propensión a infectar a otras con su mala actitud. “En muestro trabajo quisimos mirar a esos trabajadores que son perjudiciales para una organización, ya sea por daños a la propiedad de la empresa – robos, fraudes-, como hacia otras personas a través de la intimidación, la violencia laboral o el acosos sexual”, explica Minor.
Estas personas hacen que la productividad de sus compañeros disminuya, e incluso incitan a muchos trabajadores a dejar sus empleos, con los costes que eso implica para una empresa. Además, los investigadores señalan que la actitud tóxica es contagiosa: “nuestros resultados revelan que quienes están expuestos a estas compañías tóxicas tienen más probabilidades de convertirse en personas tóxicas también”, afirma el experto.
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