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DOS AYUDAS Y DOS AMENAZAS

Factores que afectan a la calidad del semen

La calidad del semen masculino lleva varias décadas cayendo en picado. El tabaco, el alcohol, los antidepresivos y el estrés son algunas de las causas habituales que afectan a la fertilidad masculina. Pero también hay otras cosas que pueden dar un pequeño empujón o un buen frenazo a los espermatozoides.

Espermatozoides

Espermatozoides antena3.com

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Los datos de la calidad seminal de los últimos años son alarmantes en todos los aspectos que son analizados por la comunidad científica: la concentración de esperma, su motilidad (capacidad de movimiento) y su calidad.

'British Medical Journal' mostraba en un estudio que la cantidad media de espermatozoides ha descendido un 45% en los últimos cincuenta años. Pero aún son peores las investigaciones que afirman que la calidad de estas células masculinas es la que está en caída libre.

No obstante, y a pesar de que aún no haya suficientes estudios sobre la materia, ya existen algunos que relacionan una mejor calidad de vida y menos enfermedades cuando la calidad del semen es mayor.

A continuación dos cosas que inciden negativamente en el esperma y dos que ayudan a mejorar su calidad.

Disruptores endocrinos

¿Disrup.. qué? Los disruptores (o perturbadores) endocrinos son productos químicos que alteran nuestras hormonas y que pueden llegar a provocar anomalías a la hora de reproducirse. Aunque no acaben con las células reproductoras, afectan sus comunicaciones.

Un ejemplo de estos componentes que ha sido asociado a la infertilidad masculina es el bisfenol A, una sustancia química que está omnipresente en nuestras vidas: latas de conserva, botes de refrescos, ventanas, hilos dentales, extractos bancarios...

Y hasta hace poco, en biberones.  En concreto, estuvo presente hasta hace bien poco, 2011, año en el que la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria tomó cartas en el asunto y prohibió su uso para fabricarlos. Aunque con la multitud de estudios publicados sobre los riesgos potenciales de este químico se antoja insuficiente la acción (o inacción) de las autoridades comunitarias.

Los bebés y niños son el grupo de población más afectados, pero el bisfenol A también daña al esperma. Y esto es alarmante porque se encuentra en muchos envases alimentarios. Aunque no sea como materia que los compone si suele aparecer como residuo derivado de su fabricación.

Contaminación

Es obvio y descorazonador comprobar que el medio ambiente tiene más importancia que el estilo de vida en este aspecto, pero la realidad es que muchos estudios científicos han avanzado en esta hipótesis.

En España una investigación del Institut Marquès señala que la contaminación industrial podría ser culpable de la gran disparidad de calidad del semen de los jóvenes dependiendo de la comunidad en la que vivan. Euskadi, Cataluña y Comunidad Valenciana se llevan la palma en este aspecto y Madrid y otras grandes capitales se libran porque la polución está más producida por el tráfico rodado que por la industria.

Las emisiones de dióxido de azufre se han ido reduciendo en los últimos años en Europa, pero parece que es lo único que va en la buena dirección, porque los datos de la mayoría de los demás agentes contaminantes están muy por encima de los niveles recomendados por la OMS e incumplen reiteradamente la directiva europea en la materia.

El uso de químicos en los espacios verdes está siendo vetado progresivamente en países como Francia, pero aún falta mucho por hacer. Aunque éste es un buen paso en un país en el que la concentración de espermatozoides en el semen ha descendido un 32,2% entre 1989 y 2005, tal y como se publicó en 'Human reproduction'.

El uso recurrente de pesticidas, herbicidas y fungicidas en parques y jardines y de desinfectantes en otros lugares públicos pueden interferir en la fertilidad de las nuevas generaciones.

Alimentación

Somos lo que comemos, como dice el viejo refrán. Un refrán que es de vital importancia cuando hablamos del espermatozoide y el óvulo, las células primigenias de la vida. Y la alimentación influye (y mucho) en la calidad seminal.

Así que si los agentes externos no están de nuestro lado vamos a tener que cuidar más lo que metemos para el cuerpo. Evitar las gasas 'trans', reducir el consumo de carne roja y aumentar el de legumbres y verduras es el primer paso. El alto contenido de ácido fólico y zinc de las últimas ayuda a aumentar la calidad del semen de los varones.

Ejercicio moderado y eyaculaciones recurrentes

Los hombres que hacen deporte producen mejor semen, así que ya puedes sacar a tu cuerpo a pasear y olvidarte de la vida disoluta y sedentaria. Esta es la conclusión de una investigación reciente de la Universidad publicada en 'Journal of Applied Physiology'. Eso sí, sin pasarse, ya que si entrenas demasiado puede disminuir tu capacidad hormonal y se pueden rebajar tus características espermáticas. Y es que los deportistas de élite con mucha carga de entrenamiento daban peores resultados que los que simplemente eran físicamente activos.

Otro estudio español, publicado en 'Fertility and Sterility', concluyó que si los ciclos de abstinencia eyaculatoria se acortaban se reducía la proporción de espermatozoides con ADN fragmentado. Si se transmite ese tipo de ADN se acrecienta el riesgo de pérdida del embrión, por lo que no está de más recurrir periódicamente a la masturbación para conseguir que cuando se quiera concebir los soldaditos den mejor el callo en su batalla por la fecundación.

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