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UN COMPETIDOR PARA LAS HUELLAS DACTILARES

Tu huella olfativa es inconfundible

Los surcos y ondas de las yemas de tus dedos no son la única parte de tu cuerpo exclusiva e irrepetible que permite identificarte y distinguirte del resto de seres humanos.

El olor es inconfundible

El olor es inconfundible Pixabay

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A la huella dactilar le acaba de salir un serio competidor: la huella olfativa. Y según publica un equipo de investigadores del Instituto Weizmann de Israel en la revista PNAS, este parámetro podría hacer algo más que ayudar a identificar individuos.

Basta hacer unos cuantos cálculos para entenderlo: en cada nariz humana hay seis millones de receptores olfativos de cuatro tipos diferentes, y están distribuidos de forma variable, de tal modo que es imposible que existan dos patrones exactamente iguales.

Teniendo esto en cuenta, el neurobiólogo Lavi Secundo y sus colegas les pidieron a casi un centenar de voluntarios que evaluaran 28 olores distintos. Con los resultados de sus valoraciones subjetivas elaboraron una compleja fórmula matemática para determinar cómo de similares son las percepciones de un olor concreto entre un individuo y otro. El resultado fue una huella olfativa que permite distinguir nada menos que a dos millones de personas.

Los investigadores aseguran que usando 34 olores, es decir, añadiendo seis más a su experimento, se tendrían datos suficientes para reconocer casi inequívocamente a cualquiera de los 7.000 millones de habitantes del planeta, y todo con un test no invasivo que se puede responder en unos minutos. "La huella olfativa es un espejo del genoma olfativo de una persona", concluye Secundo.

Lo más interesante es que, además, esta huella podría ayudar a diagnosticar de manera precoz trastornos neurodegenerativos como el párkinson o el alzhéimer. Es más, los científicos sospechan que nuestro olfato guarda relación con otro sistema que nos hace irrepetibles: el sistema inmune. Sin ir más lejos encontraron que el antígeno inmune llamado HLA, que se usa para valorar la compatibilidad entre un donante y un receptor en las donaciones de órganos, está relacionado con ciertos patrones de la huella olfativa.

Saber cómo nos funciona la nariz puede incluso aportar pistas sobre nuestra salud mental. Sin ir más lejos, científicos de la Universidad Macquarie en Australia demostraron hace unos años que el sentido del olfato permite identificar a un psicópata.

Al parecer, lo que estos individuos tienen en común es un mal funcionamiento de la parte frontal de su cerebro, donde además del control de los impulsos, la planificación y la capacidad de actuar de acuerdo con las normas sociales, también existen estructuras neuronales claves para que percibamos olores. Eso explica por qué los psicópatas fallan a la hora de identificar y diferenciar olores, algo que los criminólogos podrían utilizar para un diagnóstico rápido.

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