LE APODAN 'SLEEPY HOLLOW'
Kalachi, el pueblo en el que la gente se duerme misteriosamente durante días
Más de un centenar de habitantes de esta localidad de Kazajistán se han quedado dormidos de forma repentina mientras caminaban o trabajaban.
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Imagina estar tranquilamente trabajando en una oficina, haciendo labores campestres o dando un paseo... y perder la conciencia súbitamente. Imagina despertarte unos días más tarde en un hospital como si nada hubiera pasado y sin que ningún especialista sepa darte una explicación.
Esto le ha sucedido a unos 150 habitantes de Kalachi, un pueblo kazajo remoto de apenas 600 habitantes, desde el año 2010. El sueño podría durar de varias horas a varios días, y la situación ha ido empeorando desde 2013 hasta sembrar el pánico entre los lugareños.
Pero pongamos el contexto.
Este pequeño pueblo se encuentra a 400 kilómetros al noroeste de Astana, la capital del país, y está habitando por población de origen ruso y descendientes de alemanes deportados por Stalin después de la Segunda Guerra Mundial.
Las primeras conjeturas del sueño invencible al que se vieron sometidos se asociaron a algunas alucinaciones, tanto de mayores como de niños. En un primer momento se pensó que era vodka adulterado, pero muchos adultos ni lo habían probado y también era de esperar que los biberones de los pequeños no llevaran alcohol.
Las pruebas bactereológicas, virales y sanguíneas en personas, así como los primeros estudios de sedimentos, agua y aire del terreno no dieron con ninguna pista concluyente.
La mina de uranio de Krasnogorsk, una ciudad fantasma colindante, ha sido una de las grandes sospechosas. En los tiempos de la URSS la explotación era totalmente secreta, pero tras su caída en 1991 la mina cerró de la noche a la mañana.
En este tipo de explotación no había peligro radioactivo. Lo que se investigó en Kalachi en principio era si el gas radón que se emitía al explotar el mineral podía tener algún tipo de influencia, aunque la mina llevara dos décadas abandonada. La pega a esta sospecha es que el radón provoca un sueño de poco más de una hora, y los casos más extremos registrados llegaban hasta seis días durmiendo.
Al final, ni siquiera los antiguos trabajadores de la mina, que tuvieron un contacto muy intenso con el gas, afirmaron que nadie se quedó dormido trabajando. En definitiva: ni el uranio ni la radiación tenían la culpa.
También se habían descartado hipótesis más peregrinas como una epidemia de sueño o el llamado 'síndrome de la bella durmiente' (o síndrome de Kleine-Levin), que provoca sueños de hasta 18 horas en varias ocasiones en quien lo padece: no se descartaba que como la situación 'in crescendo' se debiera a una psicósis de masas, algo que puede suceder en un entorno cerrado. Pero no, este síndrome no se contagia como los bostezos, y los habitantes de Kalachi.
Sin embargo, quedaba una posibilidad y, de momento, parece que pone fin a la leyenda del 'Sleepy Hollow' kazajo. Un estudio ruso cree haber dado con el origen de esta epidemia de sueño, que en ocasiones hacía acto de presencia en oleadas que dejaban 'KO' a varias personas a la vez, ya estuvieran ordeñando vacas o haciendo cosas frente a un portátil.
Según nuevos análisis a toda la población, la culpa de estos episodios la tiene la alta concentración de mónoxido de carbono (CO) y de hidrocarburos (CH) en el aire, lo que produce que el nivel de oxígeno baje y la gente se desmaye. Estos tres factores juntos serían determinantes para provocar la pérdida de conciencia en la gente de Kalachi. Y apuntan, de nuevo, a la mina exsoviética.
Cuando se abandonó, la mina se llenó de agua y la estructura de madera cedió y se empapó, generando altas cantidades de monóxido de carbono. Esta es la explicación oficial.
Sin embargo, algunos expertos preguntados por 'Wired' no están convencidos al cien por cien y se preguntan cómo puede haber niveles tan altos de CO si lleva tanto tiempo abandonada, y porqué ha podido escapar después de tanto tiempo
La respuesta, como canta Dylan, 'is blowin' in the wind', aunque las autoridades ya han desalojado a buena parte del pueblo, que será recordado como la villa fantasma en el que la gente se dormía de golpe.
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