ALERTA SANITARIA POR 121 PERSONAS AFECTADAS
No lavar bien las lechugas puede matarte
California acaba de confirmar la primera muerte por un brote de la bacteria E.coli en lechuga cultivada en Arizona (Estados Unidos). Otras 121 personas en 25 estados han sido infectadas y 52 casos han requerido hospitalización. Estas son las claves de la epidemia.
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Un gesto tan inocente como pedir una hamburguesa acompañada de unas hojas de lechuga o una ensalada de hoja picada ha terminado con 121 personas infectadas, 52 hospitalizadas y una víctima mortal en Estados Unidos en las últimas semanas.
¿Cómo es posible una lechuga provoque muertes en pleno siglo XXI? La responsable es una cepa extraordinariamente virulenta de la bacteria Escherichia coli, nombrada E.coli O157:H7, que ha infectado los cultivos de lechuga romana en la región de Yuma, Arizona.
Según confirma el último informe de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), el “paciente cero” fue detectado el pasado 13 de marzo y en las siguientes semanas, el brote fue extendiéndose hasta afectar a 25 estados. Pero no es la primera vez que una cepa salvaje ataca a los cultivos estadounidenses: ya entre noviembre y diciembre del año pasado se detectaron otros 25 casos, 9 hospitalizados y una víctima mortal. Canadá informó al mismo tiempo de un brote provocado por la misma cepa hallada en lechugas importadas de Estados Unidos.
Precisamente esta bacteria mortal protagonizó la alerta sanitaria europea de 2011, que acusó sin pruebas a los pepinos españoles de causar un brote epidémico. El sector agrario almeriense tardó años en recuperarse de las pérdidas millonarias por este bulo sanitario.
¿Cómo mata la E.coli O157:H7?
Los primeros síntomas de una infección por la E.coli O157:H7 se resumen en calambres estomacales, vómitos y diarrea sanguinolenta. El problema de esta cepa es que produce la llamada “toxina Shiga”, que se come los glóbulos rojos, y eso a su vez hace que se bloqueen los riñones y derive en un “Síndrome Urémico Hemolítico” (SUH). Y si los riñones dejan de funcionar, la siguiente complicación es una insuficiencia renal aguda, que requerirá diálisis.
La temible toxina Shiga y sus efectos en la coagulación de la sangre puede provocar también una inflamación y derrame cerebral, o bien una diarrea tan severa que perfore el colon y la materia fecal se filtre en el cuerpo. Y todo lo anterior puede complicarse y acabar con la muerte del paciente.
Los CDC han advertido a restaurantes y particulares que, de momento, no compren ni consuman lechuga romana si no saben su procedencia o procede de Yuma. Y esto es extensible a las lechugas enteras, corazones de lechuga y ensaladas preparadas.
Una recomendación que se debería aplicar siempre, y no solo ante un brote epidémico, es lavar concienzudamente las hojas de lechuga -y cualquier otra verdura de hoja verde-, incluso con lejía apta para uso alimentario.
Además, se recomienda “lavarse bien las manos, antes y después de ir al baño, cambiar pañales, tener contacto con animales o preparar alimentos”, explica el organismo estadounidense, ya que la mayor fuente de infección es fecal-oral.
Sin embargo, la bacteria puede estar presente en otros alimentos, por lo que las recomendaciones incluyen lavar y pelar frutas, evitar lácteos no pasteurizados, cocinar lo suficiente la carne, evitar la contaminación cruzada en la mesa de la cocina y limpiar cuidadosamente las tablas de cortar y los cuchillos que hayan estado en contacto con alimentos crudos. Si todo lo anterior falla y se presentan los primeros síntomas, la recomendación es acudir inmediatamente al médico.
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