SI SON SIN AZÚCAR, MEJOR
Mascar chicle durante diez minutos (no más) mata millones de bacterias
Ya lo dice la sabiduría popular: mascar chicle sin azúcar tiene beneficios para nuestra dentadura. Fortalecen las encías y recuperan la placa dental. ¡Nueve de cada diez dentistas no pueden estar equivocados! Pero un estudio reciente ha ido más allá en conocer las propiedades bactericidas de la goma de mascar.
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Un equipo de investigadores de la Universidad de Groningen, en los Países Bajos, ha cuantificado la capacidad de absorción de bacterias durante la masticación. El punto de partida del estudio no es químico, sino meramente físico. Las bacterias quedan atrapadas en el chicle y desaparecen de la cavidad oral al deshacernos de él. Pero el efecto esponja o pegajoso de la goma de mascar tiene un límite, y éste es el que han querido cuantificar.
Para ello los investigadores seleccionaron un grupo de cinco voluntarios de control a los que introdujeron con el dedo una gran cantidad de bacterias en la boca. Durante 10 minutos se pidió a los ‘masticadores’ que amasaran un chicle con sus dentaduras como la harían normalmente. Posteriormente utilizaron dos métodos para examinar el chicle mascado. Por una parte disolvieron cada uno de ellos para sacar todo el ADN genómico bacteriano y cuantificarlo mediante una reacción PCR (Polymerase-Chain-Reaction). El segundo método utilizó un microscopio electrónico para analizar los chicles. En total promediaron más de 100 millones de bacterias atrapadas en ellos. Esto supone aproximadamente el 10% de las bacterias totales que hay en una boca normal.
El experimento continuó y allí los investigadores apreciaron que los chicles van perdiendo propiedades conforme aumenta el tiempo de masticación. Los componentes de la saliva van deteriorando y ablandando los elastómeros sintéticos (acetato de polivinilo o poliisobutileno) que, a su vez, pierden la capacidad de encerrar a los distintos tipos de bacterias.
Los científicos concluyeron que la calidad y composición de los chicles son fundamentales a la hora de determinar la capacidad que tiene para atrapar bacterias. Recordaron también que los chicles con azúcar sirven de alimento a las bacterias que viven en nuestra boca y el efecto de su consumo sería el contrario al del experimento.
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