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CAZADOS POR LA CIENCIA

La mirada delata a los jugadores de cartas

Los movimientos de ojos que se producen durante la partida dejan entrever el valor numérico de las cartas en el juego del 'veintiuno'.

'Los jugadores de cartas' (Cézanne)

'Los jugadores de cartas' (Cézanne) Public Domain / Wikimedia Commons

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Los ojos son el espejo del alma, pero parece que en el famoso juego del 'veintiuno' o del 'blackjack', tan de moda en los casinos de medio mundo, también son el reflejo de lo que ocurre en nuestro cerebro ¿Cuántas veces hemos creído adivinar las cartas de nuestro oponente mirándole fijamente?

Un estudio ha querido utilizar este juego para mostrar si la mirada está influida por una operación numérica simple, como es una suma. Para el que no lo sepa, este juego consiste en obtener 21 puntos sumando los valores de las cartas (las figuras suman diez y el as es un 11 o un 1).

Los participantes pueden ir pidiendo más cartas para aumentar su puntuación, pero sin pasarse, ya que de lo contrario se pierde la mano. Por lo tanto, cada jugador hace una suma mental con cada carta que recibe y antes de decidir si pide otra carta. Pero lo que parece una simple operación mental y un proceso totalmente abstracto esconde mucho más.

Cuando manejamos números en nuestra cabeza usamos lo que los neurólogos llaman “línea numérica lineal”. Es como un eje imaginario horizontal (eje de abcisas o eje X) en el que los valores aumentan según se avanza a la derecha. Un estudio publicado en 'Cognition' en 2008 ya mostró que hay un sesgo hacia la izquierda cuando se hace una resta y a la derecha cuando se suma.

Los autores del estudio publicado en 'Psychonomic Bulletin & Review' querían demostrar si esa línea mental se podría proyectar fuera del cuerpo y si influía en la mirada. Para ello hicieron jugar al 'blackjack' online a muchas personas con una pantalla equipada con un sistema para seguir la dirección del ojo.

Les dejaron seis manos para familiarizarse con el sistema y luego jugaron 52 manos, en las que les analizaron. Tuvieron sólo tres segundos para sumar las dos cartas iniciales y elegir si querían una carta más, un tiempo en el que la pantalla permanecía en blanco para no captar la atención con ninguna otra distracción.

Las cartas no fueron elegidas al azar, ya que en muchas ocasiones los investigadores metieron combinaciones de cartas pequeñas para obligar a los jugadores a hacer adiciones consecutivas con la cabeza.

Los resultados del seguimiento del ojo confirmaron la teoría neurológica: von las tiradas cortas los ojos se centraban en la zona izquierda de la pantalla, mientras que con una buena mano se dirigían a la derecha, posición que se acentuaba ligeramente con las cartas adicionales que iban sumando.

Si las investigaciones futuras siguen indagando en este tipo de comportamiento quizá llegue un momento en el que los observadores averigüen si el valor numérico de la carta es alto o bajo, así que habrá que jugar las partidas con gafas de sol, ya sean en casa o en un casino.

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