¿Notan los humanos el campo magnético terrestre?

Las abejas, los tiburones y los pájaros detectan las variaciones en el campo magnético terrestre y las utilizan para orientarse. Hasta ahora no se había comprobado que los humanos compartieran esta capacidad, pero un investigador asegura haber conseguido demostrar que las personas también tienen este 'sexto sentido'.

El científico Joe Kirschvink anunció su hallazgo durante un encuentro celebrado en abril en el Royal Institute of Navigation de la Universidad de Londres,  donde describió el experimento realizado con su equipo en el laboratorio del Instituto de Tecnología de California (Caltech).

Según explicaba, los investigadores construyeron una jaula de Faraday (un habitáculo donde no penetran los campos magnéticos externos) suficientemente grande para albergar a una persona. A continuación, cada uno de los 24 voluntarios de la prueba debían situarse dentro de la caja mientras los científicos manipulaban un campo magnético artificial en su anterior y medían sus ondas cerebrales.

Los datos recogidos demostraron que el campo magnético que aplicaban producía cambios en la actividad del cerebro. Aunque admite que su estudio era reducido -lo repitió luego en Japón-, Kirschvink cree que ha dado el primer paso y asegura que continuará investigando.

Actualmente, los científicos barajan dos teorías sobre la manera en que los campos magnéticos afectan a los organismos: unos señalan como responsable al mineral magnetita, presente en los seres vivos, que se vería atraído por el campo magnético terrestre influyendo en los circuitos neuronales. Otros apuntan a los criptocromos, unos fotorreceptores situados en la retina que variarían su estructura debido al campo magnético terrestre.