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COMO LO OYES

Tu oído es más potente de lo que piensas

Nuevos estudios confirman que el oído humano es capaz de percibir sonidos que se creían imperceptibles.

Una oreja

Una oreja Shai Barzilay en flickr cc

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¿Detecta el oído humano el sonido de una turbina eólica? Puede parecer una pregunta absurda porque, si nos adentramos junto a un parque eólico, detectaremos un absoluto silencio. Sin embargo las turbinas generan infrasonidos, es decir, sonidos por debajo de 16 hertzios de frecuencia que, aunque en teoría nos resultan inaudibles, podrían ser percibidos por los seres humanos si se producen a un nivel lo suficientemente alto, e incluso provocar insomnio a los que viven cerca y mermar su salud.

Para aclararlo, Christian Koch y sus colegas del Instituto Max Plack de Desarrollo Humano en Alemania decidieron calcular exactamente cómo se perciben los sonidos en el límite de la audición, es decir, por debajo de 16 hertzios y por encima de 16.000 (los conocidos como ultrasonidos).

Para su sorpresa, las imágenes de resonancia magnética revelaron que la corteza auditiva cerebral detecta sonidos entre 8 y 16 hertzios, es decir, una octava por debajo de lo que se pensaba hasta ahora. Es más, esos infrasonidos provocan reacciones en ciertas áreas de la sesera relacionadas con las emociones.

Quienes los escuchan dicen haber oído algo, aunque la percepción no es tonal, como la de los sonidos a los que estamos habituados. "Estamos en el principio, se necesita urgentemente investigar más", advertía Koch.

No es la única capacidad inesperada identificada para el oído humano. Hace poco se comprobó también que, en lo que se refiere a calidad musical, no hay quien nos engañe: afinando la oreja somos capaces de discriminar entre un sonido estándar (calidad CD) y otro en alta resolución (audio HD), cada vez más de moda.

"Los expertos en sonido llevan años debatiendo si realmente merece la pena hacer equipos y grabaciones a alta resolución, porque la calidad CD se consideraba suficiente para nuestro oído", explica Joshua Reiss, coautor del estudio. Sin embargo, analizando más de 80 publicaciones científicas, Reiss y su equipo demostraron que a la hora de escuchar piezas de música clásica o jazz, entre otras, el oído humano sí aprecia la calidad sonora.

Eso supone un espaldarazo a iniciativas como la que ha tenido hace poco Sony poniendo a la venta a través de internet las bibliotecas de música en alta resolución de las que dispone, además de comercializar auriculares, amplificadores y altavoces específicos para estas calidades sonoras.

Por otra parte, se ha demostrado que los seres humanos "oímos la distancia", o lo que es lo mismo, que nuestro cerebro es capaz de detectar con bastante precisión cómo de remota es la fuente de un sonido -una capacidad esencial entre los mamíferos para sobrevivir, sobre todo si lo que escuchamos es el rugido de un depredador-.

Según explicaban hace poco neurocientíficos estadounidenses en la revista 'Journal of Neuroscience', el cerebro se basa fundamentalmente en la amplitud del sonido y en el eco y la reverberación, es decir, en cómo se reflejan las ondas sonoras en los objetos sólidos. Tanto es así que en una habitación sin eco somos incapaces de calcular si un sonido se produce cerca o lejos de nosotros.

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